domingo, 1 de julio de 2012

Génesis I. 4-24

4. Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas las llamó noche. Y hubo tarde y hubo mañana: primer día
6. Después dijo Dios: "Haya un firmamento en medio de las aguas que separe una de otras". 7 E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban sobre el firmamento. Y así fué. 8 Llamó Dios al firmamento cielo; y hubo tarde y hubo mañana; día segundo
9 Y dijo Dios: "Júntense en un lugar las aguas que quedan bajo el cielo y aparezca lo seco". Y así fué. 10 Llamó Dios a los seco tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares. Y vio Dios que estaba bien.
11. Después dijo Dios: "Brote la tierra hierba verde, plantas que den semilla, árboles frutales que produzcan fruto según su especia y cuya semilla esté en ellos sobre la tierra". Y así fué 12 Brotó, pues, la tierra hierba verde, plantas que tenían en sí semilla según su especie, y árboles que producían frutos y cuya semilla se hallaba en ellos según su especie. Y vio Dios que estaba bien, 13 Y hubo tarde y hubo mañana: día tercero
14 Luego dijo Dios: "Haya lumbreras en el firmamento del cielo, que separen el día de la noche y sirvan de señales y (marquen) las estaciones, días y años. 15 Sirvan también de lumbreras en el firmamento del cielo para alumbrar la tierra" Y así fué. 16 Hizo, pues Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para presidir el día, y la lumbrera menor para presidir a la noche, y las estrellas. 17 Púsolas Dios en el firmamento del cielo para alumbrar la tierra, 18 para regir el día y la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que estaba bien, 19 Y hubo tarde y hubo mañana: día cuarto,
20 Después dijo Dios: "Pululen las aguas multitud de seres vivientes; y vuelen aves sobre la tierra debajo del firmamento del cielo". 21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todos los seres vivientes que marchan arrastrándose, de los cuales hierven las aguas, según su especie; y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que estaba bien. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: "Sed fecundos y multiplicaos y henchid las aguas en los mares; y multiplíquense las aves sobre la tierra". 23 Y hubo tarde y hubo mañana día quinto
24 Luego dijo Dios: "Produzca la tierra seres vivientes según su especie: animales domésticos, reptiles y bestias salvajes, según su especie". Y así fue.

Comentario
4. Era buena, no sólo por su belleza o sus buenos efectos, sino por ser la realización de una idea del Creador, pues todo lo que hace Dios es bueno; lo malo entró en el mundo por el pecado (cf Sab. 2,24 y nota)
5. Tarde y mañana: el comienzo y el fin del día. Para los hebreos comenzaba el día con la puesta del sol, de manera que, por ejemplo, el sábado comenzaba el viernes al caer la noche. Los días de la creación no han de entenderse como intervalos de 24 horas, sino que pueden tomarse, como dice la Pontificia Comisión Bíblica, en sentido lato de periodo (Denz 2128). Los Padres, p. ej., S. Crisóstomo, S. Basilio, S. Ambrosio, prefieren entender esa palabra en su sentido propio. Entre los exégetas modernos hay algunos (Bea, Simón-Prado) que ven en los días de la creación un esquema literario "que sigue una línea progresiva desde las cosas imperfectas hasta las perfectas". No faltan quienes lo explican como el resultado de una visión mediante la cual Dios expusiera a Adán o a Moisés el desarrollo de la creación.
6. Firmamento: la bóveda del cielo en que parecen colocados los astros. La palabra hebrea significa sólido
7. Las aguas que están bajo el firmamento son los mares, ríos, fuentes; por aguas superiores, en cambio se entienden aquellas que parecen estar almacenadas sobre el firmamento, de donde caen sobre la tierra, en forma de lluvias. Como se ve, Moisés no habla en términos científicos, sino según las apariencias y con expresiones populares, como también lo hace el salmista, quien en el Salmo 32,7 se refiere a las aguas del mar recogidas en un odre Cf. 8,14; 8,2; S. 77,23:103, 3; 148, 4; Dan., 3,60
9. Lo seco: los continentes que surgen de la masa informa y caótica (v.2)
11. Los expositores no concuerdan en la interpretación de este versículo. Algunos distinguen solamente dos clases de plantas, otros sostienen que se trata de tres: hierbas, hortalizas y árboles frutales, lo cual concuerda mejor con el texto hebreo. Brote: porque la tierra poseía ya las plantas en potencia por el soplo del Espíritu de Dios (v.2). Ceuppens (Quaestiones selectae ex Historia Primaeva) no cree que aquí el hagiógrafo insinúe la creación de cada especie y excluya el transformismo (mitigado)
14 ss Lumbreras: aludidas ya en el v.5. Sirvan de señales: Aquí se señala su función, que consiste ante todo en servir de reloj para los hombres e indicarles las estaciones del año, los días y las fiestas. Cf S.103, 19-23. Es de notar que las cosmogonías paganas fueron incapaces de conservar este concepto de la función de los astros y les dieron el carácter de dioses. "A los dioses Schamasch y Sin, Re y Tot que en Babilonia y en Egipto realmente "dominaban" como representantes de los astros, el autor les atribuye tan poca importancia como el Salmista en S. 135, 8s De lo contrario, no hubiera elegido esta expresión" (Heinisch). La lumbrera mayor (v.16) es tipo de Cristo que en Mal. 4,2 es llamado "Sol de Justicia" Cf. Is. 60,19 Zac 3,8; Luc 1,78; Apoc 21,23 y especialmente el Prólogo del Evangelio de S. Juan (Juan cap 1) Esta denominación ha sido transplantada a la Liturgia, en donde sirve para ordenar el año litúrgico. El "Sol de Justicia", Cristo, es el centro del movimiento cíclico de todas las solemnidades místicas de la Iglesia.
20 Seres vivientes, literalmente: almas. El sentido primitivo de la palabra es aliento, hálito, vida. De ahí que se use en el sentido de alma en todo el Antiguo Testamento y también en el Nuevo (Cf. Mat 10,39 y nota). La Vulgata vierte: produzcan las aguas reptiles de alma viviente y aves que vuelen sobre la tierra debajo del firmamento del cielo. El término "produzcan" dio lugar a la creencia de que los peces y también las aves fuese productos del agua. Así lo interpretan entre otros S. Cirilo de Alejandría, S Juan Damasceno, muchos escolásticos y el autor del himno de vísperas del jueves: Magnae Deus potentiea, - qui fertili natos aqua - partim relinquis gurgiti, - partim levas in aera
22. Dios bendice los animales, pero no las plantas, porque, según interpretan algunos, los animales son capaces de percibir la bendición. Mejor sería decir que Dios bendijo todas las cosas creadas, incluso las plantas, aunque Moisés no lo relata expresamente
24 Produzca, porque la tierra es la materia (prima) de la cual Dios se sirve para crear los animales (cf. v. 25 y 2,19). Los autores católicos no concuerdan en la interpretación; unos dicen que Dios creó a los animales directamente; otros en forma mediata; otros opinan que el hagiógrafo prescinde de expresarse sobre este punto y se limita a afirmar la causalidad en todo lo que se refiere a la vida. No se debe mezclar la Biblia con teorías modernas.

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