sábado, 21 de julio de 2012

Evangelio según San Marcos cap 12. 32-43; 13; 14 1-5


32 Díjole el escriba: ‛‛Maestro, bien has dicho; en verdad, que "Él es único, que no hay
otro más que El." 33 Y el amarlo con todo el corazón y con todo el espíritu y con toda la fuerza, y amar al prójimo como a Sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los Sacrificios." 34 Jesús, viendo que había hablado juiciosamente, le dijo: "Tú no estás lejos del reino de Dios." Y nadie osó más proponerle cuestiones.
35 Entonces, Jesús, tomando la palabra, enseñaba en el Templo diciendo: "¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 36 Porque David mismo dijo (inspirado) por el Espíritu Santo: "El Señor dijo a mi Señor; Siéntate a mi diestra, hasta que ponga Yo a tus enemigos por tarima de tus pies." 37 Si David mismo lo llama «Señor>>, ¿cómo puede entonces ser su hijo?" Y la gente numerosa lo escuchaba con placer.
38 Dijo también en Su enseñanza: "Guardaos de los escribas, que se complacen en andar con lar os vestidos, en ser saludados en las plazas públicas, 39 en ocupar los primeros sitiales en las sinagogas y los primeros puestos en los convites, 40 y que devoran las casas de las viudas, y afectan hacer largas oraciones. Éstos recibirán mayor castigo." •
41 Estando Jesús sentado frente al arca de las ofrendas, miraba a la muchedumbre que echaba monedas en el arca, y numerosos ricos echaban mucho. 42 Vino también una pobre viuda que echó dos moneditas, esto es un cuarto de as. 43 Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "En verdad, os digo, esta pobre viuda ha echado más que todos los que echaron en el arca. “Porque todos los otros echaron de lo que les sobraba, pero ésta ha echado de su propia indigencia todo lo que tenía, todo su sustento"

Capítulo XIII
1 Cuando Él salía del templo, uno de sus discípulos le dijo: "¡Maestro, mira! qué piedras y qué edificios!" 2 Respondióle Jesús: ‛‛¿Ves estas grandes construcciones? no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada." 3 Luego, estando El sentado en el Monte de los Olivos, frente al Templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron aparte: 4 "Dinos: ¿cuándo sucederá esto?, y al estar esas cosas a punto de cumplirse todas ¿cuál será la señal?” 5 Y Jesús se puso a decirles: ‛‛Estad en guardia, que nadie os induzca en error. 6 Muchos vendrán bajo mí nombre y, dirán: ‛‛Yo soy (el Cristo)" y a muchos engañarán. "Cuando oigáis hablar de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis. Esto ha de suceder, pero no es todavía el fin. 8 Porque Se levantará pueblo contra pueblo, reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, y habrá hambres. Esto es el comienzo de los dolores"  9 "Mirad por vosotros mismos. Porque os entregarán a los sanhedrines, y seréis flagelados en las sinagogas, y compareceréis ante gobernadores y reyes, a causa de Mí, para dar testimonio ante ellos. 10 Y es necesario primero que a todas las naciones sea proclamado el Evangelio. 11 Mas cuando os llevaren para entregaros; no os afanéis anticipadamente por lo que diréis; Sino decid lo que en aquel momento os será inspirado; porque no sois vosotros los que hablaréis, Sino el Espíritu Santo. 12 EI hermano entregará a su hermano a la muerte, el padre a su hijo; y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. 13 Seréis odiados de todos a causa de mi nombre; pero el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. 14 Mas cuando veáis la abominación de la desolación instalada allí donde no debe -¡entienda el que lee!-, entonces, los que estén en Judea, huyan a las montañas;

Comentarios
35 ss. Cf. Mat. 22, 41-45; Luc. 20, 41-44; S. 109, 1 y nota. Jesús establece aquí, en forma intergiversable, e1 origen davídico de este célebre Salmo, que tantos han puesto en duda.
36. Los escribas o intérpretes de la Ley pertenecían en su gran mayoría a la secta de los fariseos y gozaban de gran prestigio ante e1 pueblo ignaro que confiaba en ellos (véase la expresión de Jesús en Mat. 9, 36). E1 hecho de que distinguían 613 mandamientos, 248 preceptos y 365 prohibiciones nos da idea de su interpretación de la Ley. Cf. 7, 4 y nota; Mat. 23, ISS.; Luc. 11, 43; 20, 45 ss.
42. Un Cuarto de as: un centavo. Cf. Luc. 21, 1-4.
43. Palabra magnífica del Señor. Dios no mira la cantidad de la limosna sino el corazón del donante. Cf. II Cor. 9. 7Ss. "No busco lo vuestro: os busco 'a vosotros" (II Cor. 12, 14).
1 ss. Este capítulo contiene, como eutre1azadas, dos profecías: 1a ruina de Jerusalén y la venida del Señor al fin de los tiempos, los vv. 6-13 se refieren a las persecuciones en general, los vv. 14-19 a la destrucción de Jerusalén, los vv. 19-27 al fin de "este siglo malo" (Gál. 1, 4). Para los detalles remitimos al lector a los lugares paralelos de Mat. 24, 1ss.; Luc. 21, 5ss. y notas.
4. Véase Mat. 24, 3ss. Y nota. La pregunta de los discípulos se refiere aquí exclusivamente al tiempo, primero en general (¿cuándo?), y luego, al modo de conocer el instante mismo. Jesús les da amplias señales para que puedan estar alerta (v. 23), y aun para que conozcan cuándo Él estará ya "a las puertas" (v. 29). Pero no les precisa el instante, esto es, el día y la hora (v. 32) porque está dispuesto que Él vendrá cuando menos lo esperen (cf. v. 37 y nota). "como una red sobre la tierra entera" (Luc, 21, 35), de modo que sólo estén preparados "los que aman su venida". C‘f, II Tim. 4, S; I Tes. 5, 4; Luc. 17, 20-37; 19, 14; 21, 34-36.
6. Ya pudo verse esto en tiempo de Simón Mago (Hech. S, 9S. y nota).
9. Mirad por vosotros mismos: es decir, desconfiad de los hombres (Mat. 10, 16 ss.), y cuidaos de no arriesgar vuestra vida sin causa (véase S. 115, 15 Y nota). En los apóstoles vemos ya cumplirse muchas veces estos anuncios (Hech. 17, 6; 18, 12; 24, 2; 25, 7; 27, 24). Cf. Mat. 23, 34.
10. Véase la nota a IMat. 24, 14.
11 s.Vćase Mat. 10, 19-22; Luc. 12, 11s.; 21, l4s.; Miq. 7, 6.
14, La abominación de la devoción establecida allí donde no debe, es la profanación del Templo. Véase Dan. 9, 27; Mat. 24, 15 y, nota. A este respecto se ha publicado recientemente un fragmento desconocido de S. Hipólito, que con otros Padres dice: "La abominación de la desolación es la imagen del César que fue colocada delante del altar en Jerusalén". Y Sigue: "Así sucederá en el tiempo del Anticristo: su imagen estará en todas las iglesias que hay en el universo, para que todo aquel que le ruegue, antes de orar, lleve el incienso delante de su imagen" (Sefarad, 1946 p. 359). Entienda el que lee: las Escrituras (Mat. 24, 15 y nota), pues sólo quien conozca los grandes misterios vaticinados en las profecías antiguas podrá comprender la gravedad en estos anuncios.


15 quien se encuentre en la azotea, no baje ni entre para tomar nada en su casa; 16 quien vaya al campo, no vuelva atrás para tomar su manto. 17 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que críen por aquellos días! 18 Y orad, para que no acontezca en invierno". 19 "Porque habrá en aquellos días tribulación tal, cual no la hubo desde el principio de la creación que hizo Dios, hasta el presente, ni la habrá. 20 Y si el Señor no hubiese acortado los días, ningún viviente escaparía; mas a causa de los escogidos que Él eligió, ha acortado esos días. 21 Entonces, si os dicen: "Hélo a Cristo aquí o allí", no lo creáis. 22 Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas, que harán señales y prodigios para descarriar aún a los elegidos, si fuera posible. 23 Vosotros, pues, estad alerta, ved que os lo he predicho todo".
24 "Pero en aquellos días, después de la tribulación aquella, el sol Se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y los astros estarán cayendo del cielo, y las fuerzas que hay en los cielos serán sacudidas. 26 Entonces, verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces enviará a los ángeles, y congregará a sus elegidos de los cuatro vientos, desde la extremidad de la tierra hasta la extremidad del cielo".
28 "De la higuera aprended la semejanza: cuando ya sus ramas se ponen tiernas, y brotan las hojas, conocéis que el verano esta cerca; 29 así también, cuando veáis suceder todo esto, sabed que (Él) está cerca, a las puertas. 30 En verdad, os digo, la
generación esta no pasara sin que todas estas cosas se hayan efectuado. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran".
32 "Mas en cuanto al día y la hora, nadie sabe, ni los mismos ángeles del cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 ¡Mirad!, ¡velad! porque no sabéis cuándo Será el tiempo; 34 como un hombre que partiendo para otro país, dejó su casa y dio a sus siervos la potestad, a cada uno su tarea, y al portero encomendó que velase.
35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo volverá el Señor de la casa, si en la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o en la mañana, 36 no sea que volviendo de improviso. os encuentre dormidos. 37 Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!"
Capítulo XIV
1 Dos días después era la Pascua y los Azimos, y los sumos sacerdotes y los escribas, buscaban cómo podrían apoderarse de Él con engaño y matarlo. 2 Mas decían: ‛‛No durante la fiesta, no sea que ocurra algún tumulto en el pueblo.” 3 Ahora bien, hallándose Él en Betania, en casa de Simón, el Leproso, y estando sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro lleno de ungüento de nardo puro de gran precio; y quebrando el alabastro, derramó el ungüento sobre su cabeza. 4 Mas algunos de los presentes indignados interiormente, decían: ‛‛¿A qué este despilfarro de ungüento? 5 Porque el ungüento este se podría vender por más de trescientos denarios, y dárselos a los pobres." Y bramaban contra ella.

Comentarios
22. Según el Apocalipsis los que triunfarán con el Cordero reunirán tres condiciones: llamados, Elegido: y fieles: (Apoc. 17, 14). Cf. Mat. 22, 14.
24.Vease IS. 13, 10; E2. 32, 7; Joel. 2, 10
27. Entonces:... congregará, es decir, que el arrebato que anuncia S. Pablo en I Tes. 4, 15 SS. Será al tiempo mismo de la Parusía, esto es cuando aparezca el Señor (v. 26), como lo dice el Apóstol. Así Marcos explica aquí que seremos llevados desde la extremidad de 1a tierra hasta el Sumo cielo. Lo mismo dice Mat. 24, 31. Se trata de los elegidos; ya vivos transformados, ya resucitados de entre los muertos. Cf. I Cor. 15, 51 ss. texto griego.
30. Véase Mat. 24, 34 y nota; cf. Luc. 21, 32.
32. Ni el Hijo, sino el Padre: Una de las más sorprendentes palabras del Evangelio que nos podría hacer dudar de la divinidad de Jesucristo, si no tuviésemos de su misma boca el testimonio de que Él es igual al Padre. Cf. Juan 10, 30; "Mi Padre y Yo Somos Uno", y muchos otros pasajes (1Mat.  28, 18; Juan 5, 17; 6, 58; 14, 10; 16, 15; 17, 10, etc.). "La aparente contradicción se explica y justifica con la alteza del misterio que es preciso aceptar a menos que renunciemos a toda certeza. El Hijo todo lo recibe de su Padre, y el Padre todo lo
da... pero a manera de comunicación continua, perpetua y Constante, por la cual el Padre está en el Hijo, y en el Hijo ejecuta Él mismo sus obras, de modo que quienquiera que vea al Hijo y le conozca, ve al Padre y Conoce al Padre con un conocimiento que es la vida eterna" (Bretón, La Trinidad, pág. 33). LO mismo expresan las clásicas palabras de S. Hilario: "El Padre no es mayor que el Hijo, en poder, eternidad y grandeza, Sino en razón de que es principio del Hijo, a quien da la vida". Cf. Mat. 24, 36; Juan 14, 28; Hech. 1, 7; I Cor. 15, 28 y notas. Los teólogos suelen distinguir entre la ciencia de Cristo como Dios y como Hombre.
37. ¡Velad! Esta última palabra del capítulo es el resumen de las copiosas profecías que preceden. Notemos que en ellas Jesús afirma habérnoslo predicho "todo" (v. 23). Sólo ignoramos "día y hora" (v. 32). Cuanto menos sabemos ese instante de la vuelta de Cristo, el cual vendrá "como un ladrón de noche" (I Tes. 5, 2 y 4; II Pedro 3, 10; Mat. 24, 43; Luc. 12. 39; Apoc. 16, 15), tanto más debemos estar alerta para esperarlo con el vehemente deseo con que aguardaban los patriarcas y profetas Su primera venida (Catecismo Romano, I, 8, 2).
1. Dos días: la u•nción de Jesús. referida en los vv. 3ss., tuvo lugar seis días antes de la Pascua
(Juan 12, 1).
 3. Sobre su Cabeza: el Señor Se dignó aceptarle esto en concepto de uncióu para la sepultura (v. 8) y limosna hecha a Él como pobre (v. 6s.). Véase sobre esto Juan 20, 7 y nota. En Juan 12, 3 se habla de los pies, como en Luc. 7, 38.
5. Trescientos denarios: más o menos, el salario anual de un empleado de entonces.

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