sábado, 21 de julio de 2012

Evangelio según San Mateo Cap 12; 13 1-17


Capítulo XII
1 Por aquel tiempo, Jesús iba pasando un día de sábado, a través de los sembrados; y sus discípulo, teniendo hambre, se pusieron a arrancar algunas espigas y a comerlas. 2 Viendo esto, los fariseos le dijeron: "Tus discípulos hacen  lo que no es lícito hacer en sábado." 3 Jesús les dijo: "¿No habéis leído, pues, lo que hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él, 4 cómo entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no era lícito comer ni a él, ni a sus compañeros sino solamente a los sacerdotes? 5 ¿No habéis asimismo leído en la Ley, que el día de sábado, los sacerdotes, en el templo, violan el reposo sabático y lo hacen sin culpa? 6 Ahora bien, os digo, hay aquí (alguien) mayor que el Templo. 7 Si hubieres comprendido lo que significa: "Misericordia quiero, y no sacrificio", no condenaríais a unos inocentes. 8 Porque Señor del sábado es el Hijo del hombre."
9 De allí se fue a la sinagoga de ellos; y he aquí un hombre que tenía una mano seca. 10 Y le propusieron esta cuestión: "¿Es lícito curar el día de sábado?" -a fin de poder acusarlo-. 11 El les dijo: "¿Cuál será de entre vosotros el que teniendo una sola oveja, si ésta cae en un foso, el día sábado, no irá a tomarla y levantarla? 12 Ahora bien, ¡cuánto más vale el hombre que una oveja! Por consiguiente, es lícito hacer bien el día de sábado." 13 Entonces dijo al hombre: "Extiende tu mano" El la extendió, y le fue restituida como la otra. 14 Pero los fariseos salieron y deliberaron contra El sobre el modo de hacerlo perecer. 15 Jesús al saberlo se alejó de allí. Y muchos lo siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les mandó rigurosamente que no lo diesen a conocer; 17 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías que dijo: 18 "He aquí a mi siervo, a quien elegí, el Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre El, y anunciará el juicio a las naciones. 19 No disputará, ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. 20 No quebrará la caña cascada, ni extinguirá la mecha que aún humea, hasta que lleve el juicio a la victoria; 21 y es su nombre pondrán las naciones su esperanza."
22 Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de modo que hablaba y veía. 23 Y todas las multitudes quedaron estupefactas y dijeron: "¿Será éste el Hijo de David?" 24 Mas los fariseos, oyendo esto, dijeron: "El no echa los demonios sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios." 25 Conociendo sus pensamientos, les dijo entonces: "Todo reino dividido contra sí mismo, está arruinado y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no puede subsistir. 26 Si Satanás arroja a Satanás, contra sí mismo está dividido: entonces, ¿cómo podrá subsistir su reino? 27 Y si Yo, por mi parte, echo los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por esto ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si por el Espíritu de Dios echo Yo los demonios, es evidente que ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29 ¿O si no, como puede alguien entrar en la casa del hombre fuerte y quitarle sus bienes, si primeramente no ata al fuerte? Solamente entonces saqueará su casa. 30 Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no amontona conmigo, desparrama."
31 "Por eso, os digo, todo pecado y toda blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. 32 Y si alguno habla contra el Hijo del hombre, esto le será perdonado; pero al que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este siglo ni en el venidero. 33 O hacer (que sea) el árbol bueno y su fruto bueno, o haced (que sea) el árbol malo y su fruto malo, porque por el fruto se conoce el árbol. 34 Raza de víboras, ¿cómo podríais decir cosas buenas, malos como sois? Porque la boca habla de la abundancia del corazón.

Comentarios
4 Alude Jesús a la historia que se refiere en el primer libro de los Reyes 21, 1-6. Los panes de la preposición, son los doce panes que cada semana se colocaban como sacrificio en la mesa de oro en el Santo del Templo. Véase Lev 24, 5 ss.
7 Véase 9, 13; Os 6, 6; Eclí: 35, 4
18 Los vers. 18-21 son una cita tomada de Isaías 42, 1-4, 9. Véase Mat 3, 17; 17, 5.
19 Nadie oirá su voz en las plazas: Vemos aquí que los frutos que permanecen no son los de un apostolado efectista y ruidoso. Véase Juan 15, 16 y nota. "El bien no hace ruido y el ruido no hace bien" (S. Francisco de Sales).
24 Sobre Beelzebul véase 10, 25 y nota
31 ss. El pecado de los fariseos consiste en atribuir al demonio los milagros que hacía Jesús y en resistir con obstinación a la luz del Espíritu Santo, que les mostraba el cumplimiento de las profecías en Cristo. Es el pecado de cuantos, también hoy, se escandalizan de El y se resisten a estudiaron Cf. 11, 6 y nota.
34 La boca habla de la abundancia del corazón: La lengua es el espejo del corazón. La boca del justo es un canal de vida (Prov. 10, 11), más la lengua del impío es una cloaca llena de cieno. Véase Ef. 4, 29; 5, 4-6; Sant 1, 26; 3, 6 y 8; Prov 12, 14; Ecli 21, 29 S. Agustín lo aplica a Jesús y dice que el Evangelio es la boca por donde habla el corazón.


35 El hombre bueno, de su tesoro de bondad saca el bien; el hombre malo, de su tesoro de malicia saca el mal. 36 Os digo, que de toda palabra ociosa que se diga se deberá dar cuenta en el día del juicio. 37 Según tus palabras serás declarado justo, según tus palabras serás condenado."
38 Entonces algunos de los escribas y fariseos respondieron, diciendo: "Maestro, queremos ver de Ti una señal." 39 Replicóles Jesús y dijo: "Una raza mala y adultera requiere una señal: no le será dada otra que la del profeta Jonás. 40 Pues así como Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. 42 Los ninivitas se levantarán, en el día del juicio, con esta raza y la condenarán, porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; ahora bien, hay aquí más que Jonás. 42 La reina del Mediodía se levantará, en el juicio, con la generación ésta y la condenará, porque vino de las extremidades de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón; ahora bien, hay aquí más que Salomón."
43 "Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, recorre los lugares áridos, buscando reposo, pero no lo halla. 44 Entonces se dice: "Voy a volver a mi casa, de donde salí". A su llegada, la encuentra desocupada, barrida y adornada. 45 Entonces se va a tomar consigo otros siete espíritus aún más malos que él; entran y se aposentan allí, y el estado último de ese hombre viene a ser peor que el primero. Así también acaecerá a esta raza perversa."
46 Mientras El todavía hablaba a las multitudes, he ahí que su madre y sus hermanos estaban fuera buscando hablarle. 47 Díjole alguien: "Mira, tu madre y tus hermanos están de pie afuera buscando hablar contigo." 48 Mas El respondió al que se lo decía: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" 49 Y extendiendo la mano hacía sus discípulos, dijo: "He aquí a mi madre y mis hermanos. 50 Quienquiera que hace la voluntad de mi Padre celestial, éste es mi hermano, hermana o madre."

Capítulo XIII
1 En aquel día, Jesús salió de casa y se sentó a la orilla del mar. 2 Y se reunieron junto a El muchedumbres tan numerosas, que hubo de entrar en una barca y sentarse, mientras que toda la gente se colocaba sobre la ribera. 3 Y les habló muchas cosas en parábolas diciendo: "He ahí que el sembrador salió a sembrar. 4 Y, al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino, y los pájaros vinieron y las comieron. 5 Otras cayeron en lugares pedregosos, donde no tenían mucha tierra, y brotaron en seguida por no estar hondas en la tierra. 6 Y cuando el sol se levantó, se abrasaron, y no teniendo raíz, se secaron. 7 Otras cayeron entre abrojos, y los abrojos, creciendo, las ahogaron. 8 Otras cayeron sobre tierra buena, y dieron fruto, una ciento, otra setenta, otra treinta, 9¡Quién tiene oídos, oiga!"
10 Aproximáronse sus discípulos y le dijeron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" 11 Respondióles y dijo: "A vosotros es dado conocer los misterios del reino de los cielos, pero no a ellos. 12 Porque a quien tiene, se le dará y tendrá abundancia; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni comprenden. 14 Para ellos se cumple esa profecía de Isaías: "Oiréis pero no comprenderéis, veréis y no conoceréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, y sus oídos oyen mal, y cierran los ojos, de miedo que vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y comprenden con su corazón, y se conviertan, y Yo los sane". 16 Pero vosotros, ¡felices de vuestros ojos porque ven, vuestros oídos porque oyen! 17 En verdad, os digo, muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo oyeron; oír lo que vosotros oís y no lo oyeron."

Comentarios
40 Alude a su resurrección. Véase 27, 60; 28, 5
42 La reina de Sabá, que vino del Mediodía para ver a Salomón (III Rey 10, 1-13)
46 La voz hermano comprende entre los judíos también a los primos y otros parientes. Los llamados hermanos de Jesús son sus primos: Santiago el Menor, Simón, Judas Tadeo y José el Justo, hijos de Cleofás o Alfeo
47 Admiremos la modestia silenciosa de la divina Madre que se queda afuera, esperando de pie, para no distraer a Jesús de su predicación.
1 Véase Marc. 4, 1 ss.; Luc 8, 4 ss.
3 Parábola, término griego que significa "comparación". Las del Señor nos hacen comprender de una manera insuperable las verdades de la fe sobrenatural. Más que toda las explicaciones científicas, son las parábolas el medio apropiado para instruir a los de corazón recto, sean letrados o ignorantes aunque se explica que a aquéllos les sea más difícil hacerse enseñables (11, 25; Juan 6, 45; 8, 43; I Cor 1, 22 ss.; 2. 14; II Cor 10, 5). Como a los ricos en bienes (Luc. 18, 25), a los que se sienten ricos de pensamiento les cuesta mucho hacerse "pobres en el espíritu" (5, 3 y nota). Por eso las parábolas de Jesús son mucho menos comprendidas de lo que creemos (v. 11 y 57) Cf. Luc 1, 53
9 Jesús usa esta expresión cuando quiere llamar nuestra atención sobre algo muy fundamental o muy recóndito para la lógica humana. Con respecto a esta parábola. El muestra en efecto que ella contiene una enseñanza básica, pues nos dice (Marc 4, 13) que el que no la entiende no podrá entender las demás
12 Es una ley en la economía del Reino que una gracia traiga otra, y que se pierdan por un pecado también los méritos antes obtenidos; si bien, como observa San Ambrosio, el perdón hace renacer los méritos perdidos, en tanto que los pecados borrados desaparecen para siempre. ¡Tal es la misericordia de la Ley de la Gracia a que estamos sometidos!
14 s. Véase Is. 6, 9 s; Juan 12, 40; Hech 28, 26 s.

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