sábado, 21 de julio de 2012

Evangelio según San Mateo Cap 2.16-23 Cap 3, Cap 4; Cap 5.1-3


16 Entonces Herodes, viendo que los magos lo habían burlado, se enfureció sobremanera, y mandó matar a todos los niños de Betlehem y de toda la comarca, de la edad de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos. 17 Entonces se cumplió la palabra dicha por el profeta Jeremías: 18 "Un clamor se hizo oír en Rama, llanto y alarido grande: Raquel llora a sus hijos y rehúsa todo su consuelo porque ellos no están más."
19 Muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: 20 "Levántate, toma contigo al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vida del niño." 21 El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre y entró en tierra de Israel. 22 Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en el lugar de su padre Herodes, temió ir allí; y, advertido en sueños, fuese a la región de Galilea. 23 Y llegado allí se estableció en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese la palabra de los profetas: "El será llamado Nazareno."

Capítulo III
1 En aquel tiempo apareció Juan el Bautista, predicando en el desierto de Judea, 2 y decía: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca." 3 Este es de quien habló el profeta Isaías cuando dijo "Voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas." 4 Juan tenía un vestido de pelos de camello, y un cinto de piel alrededor de su cintura; su comida eran langostas y miel silvestre. 5 Entonces salía hacia él Jerusalén y toda la Judea y toda la región del Jordán, 6 y se hacían bautizar por él en el río Jordán confesando sus pecados.
7 Mas viendo a muchos fariseos y saduceos venir a su bautismo, les dijo: "Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la cólera que viene? 8 Producid, pues, frutos propios del arrepentimiento. 9 Y no creáis que podéis decir dentro de vosotros: "Tenemos por padre a Abrahán; porque yo os digo: "Puede Dios de estas piedras hacer que nazcan hijos a Abrahán", 10 Ya el hacha esta puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. 11 Yo, por mi parte, os bautizo con agua para el arrepentimiento; mas Aquel que viene después de mí es más poderoso que yo, y yo no soy digno de llevar sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego. 12 La pala de aventar está en su mano y va a limpiar su era; reunirá el trigo en el granero, y la paja la quemará en fuego que no se apaga."
13 Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán a Juan para ser bautizado por él. 14 Pero Juan quería impedírselo y le decía: "Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti y ¿Tú vienes a mí?" 15 Jesús le respondió y dijo: "Deja ahora; porque así conviene que nosotros cumplamos toda justicia." Entonces (Juan) le dejo. 16 Bautizado Jesús, salió al punto del agua, y he aquí que se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, en figura de paloma, que descendía y venía sobre El. 17 Y una voz del cielo decía: "Este es mi Hijo, el Amado, en quien me complazco."

Comentarios
18  Con el versículo citado, San Mateo quiere expresar la inmensidad del dolor aludiendo a la tumba de Raquel, esposa de Jacob, sepultada en el camino de Jerusalén a Belén (Gen 35, 19: Jer 31, 15). Rama: localidad situada al Norte de Jerusalén y campo de concentración de los judíos que por Nabucodonosor fueron llevados al cautiverio de Babilonia (587 a. C.) "Raquel se alza de su sepulcro para llorar la partida de sus hijos a Babilonia y para mezclar sus lamentos con los de las madres de los inocentes." La Iglesia celebra el 28 de diciembre la memoria de éstos como flores del martirio por Cristo.
22 El Patriarca José es un envidiable prototipo de las almas interiores, habiéndose formado él mismo en la escuela de Jesús y María . Su vida fue una vida de silencio y trabajo manual. En el taller de Nazaret, este varón justo, como lo llama el Espíritu Santo (1, 19), nos da ejemplo de una santa laboriosidad, en unión con el divino Modelo, en cuyo nombre S. Pablo nos recomienda a todos sin excepción el trabajo manual (I Tes 4, 11)
23 Nazaret: pequeña población de Galilea, donde nadie buscaba al Mesías, Véase v. 15; Luc 1, 26; 2, 39; Juan 1, 46; 8, 52: Nazareno, esto es, Nazareo o consagrado a Dios (Deut 23, 16 y nota) y también Pimpollo (Is 11, 1; 53, 2)
2 El reino de los cielos, o sea: el reino de Dios. La condición necesaria para entrar en ese reino es arrepentirse de los pecados y creer al Evangelio (4, 17; Marc 1, 15), cosas ambas que Jesús resume en la pequeñez, es decir, en la infancia espiritual o la pobreza en espíritu (5, 3; 18, 1-4). Véase v. 10 y nota
3 Véase Is 40, 3
6 Este bautismo no era sino una preparación de Israel para recibir al Mesías (Hech 19, 4 y nota). Tampoco era un sacramento la confesión que los pecadores hacían, pero sí una manifestación del dolor interior, un medio eficaz para conseguir la gracia de arrepentimiento, condición del perdón.
10 ss. Aquí y en el v. 12 el Bautista señala a Jesús dispuesto a comenzar su reinado de justicia. En 11, 12 ss., el mismo Jesús nos muestra cómo ese reino será en ese entonces impedido por la violencia y cómo, aunque el Bautista vino con la misión de Elías (Mal 4, 5 y 13), éste habrá de volver un día (17, 11 s) a restaurarlo todo. Fillion hace notar la similitud de este pasaje con Mal 3, 2 s (véase allí la nota), donde no se trata ya del juicio sobre las naciones como en 25, 32 (cf. Joel 3) sino un juicio sobre su pueblo. Cf. S 49, 4 ss y notas.
14 Jesús no necesitaba del bautismo, pero queriendo cumplir con justicia (v. 15), es decir, guardar puntualmente todas las leyes y costumbres de su pueblo, se sometió al bautismo como se había sometido a la circuncisión y demás ritos judíos.
16 En el bautismo de Jesús se manifiesta la Ssma. Trinidad: el Padre que habla del cielo, el Hijo que está en forma de hombre arrodillado a la orilla del Jordán, y el Espíritu Santo que se hace visible en forma de paloma. Cf. Luc 3, 22; Juan 1, 32 ss y nota.
17 He aquí la primera revelación del más grande de los misterios: el infinito amor del Padre al Unigénito, en el cual reside toda su felicidad sin límites y por el cual reside y en el cual recibe eternamente toda su gloria, como lo expresa el Canon de la Misa. Cf. sobre este amor 12, 18; 17, 5; Is 42, 1; Juan 3, 35; 12, 28; II Pedro 1, 17


Capítulo IV
1 Por aquel tiempo Jesús fue conducido al desierto por el Espíritu, para que fuese tentado por el diablo. 2 Ayunó cuarenta día y cuarenta noches, después de lo cual tuvo hambre. 3 Entonces el tentador se aproximó y le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se vuelvan panes." 4 Mas El replicó y dijo: "Esta escrito: "No de pan sólo vivirá el hombre, sino de toda la palabra que sale de la boca de Dios." " 5 Entonces lo llevó el diablo a la Ciudad Santa y lo puso sobre el pináculo del Templo; 6 y le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios, échate abajo, porque está escrito: "El dará órdenes a sus ángeles acerca de Ti, y te llevarán en palmas, para que no lastimes tu pie contra alguna piedra." 7 Respondióle Jesús: "También está escrito: "No tentarás al Señor tu Dios." " 8 De nuevo lo llevó el diablo a una montaña muy alta, y mostrándole todos los reinos del mundo y su gloria, 9 le dijo: "Yo te daré todo esto si postrándote me adoras." 10 Entonces Jesús le dijo: "Vete, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor tu Dios, y a El sólo servirás." 11 Déjole entonces el diablo, y he aquí que ángeles se acercaron para servirle.
12 Al oír (Jesús) que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea, 13 y dejando Nazaret, fue y habitó en Cafarnaúm junto al mar, en el territorio de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliera lo que había dicho el profeta Isaías: 15 "Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, más allá del Jordán, Galilea de los gentiles; 16 el pueblo asentado en tinieblas, luz grande vio; y asentados en la región y sombra de la muerte, luz les alboreó."
17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: "Arrepentíos porque el reino de los cielos está cerca." 18 Caminando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón el llamado Pedro y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar, pues eran pescadores, 19 y díjoles: "Venid en pos de Mí y os haré pescadores de hombres." 20 Al instante, dejando las redes, le siguieron. 21 Pasando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en su barca con Zebedeo su padre, que estaban arreglando sus redes, y los llamó. 22 Ellos al punto abandonando la barca y a su padre, le siguieron.
23 Y recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y proclamando la Buena Nueva del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Su fama se extendió por toda Siria, y le traían todos los pacientes afligidos de toda clase de dolencias y sufrimientos, endemoniados, lunáticos, paralíticos, y los sanó. 25 Y le siguieron grandes muchedumbres de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

Capítulo V
1 Al ver estas multitudes subió a la montaña, y habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos. 2 Entonces, abrió su boca, y se puso a enseñarles así: 3 "Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque a ellos pertenece el reino de los cielos.

Comentarios
1 Véase Marc. 1, 2 ss.; Luc 4, 1 ss.
3 ss, Esta tentación se comprende sólo como humillación del Señor, quien siendo el segundo Adán, quiso expiar así el pecado de los primeros padres. El tentador procura excitar las tres concupiscencias del hombre: la sensualidad por medio del apetito de comer, la soberbia por medio del orgullo presuntuoso, y la concupiscencia de los ojos por medio de los apetitos de riqueza, poder y goce. Preparóse Jesús para la tentación orando y ayunando. He aquí las armas más eficaces para resistir a las tentaciones. Las citas de la Sagrada Escritura corresponden a los siguientes pasajes: v.4 a Deut 8, 3 y Sab 16, 26; v.6, al Salmo 90, 11 s; v. 7 a Deut 6, 16; v. 10 a Deut 6, 13.
7 "Guárdese el lector de entender que Cristo declara aquí su divinidad, diciendo a Satanás que no lo tiente a El. Esto había sido revelar su condición de Hijo de Dios, que el diablo deseaba vanamente averiguar. Venció Jesús al tentador con esta respuesta, enseñándonos que poner a Dios en el caso de tener que hacer un milagro para librarnos de un peligro en que nos hemos colocado temerariamente y sin motivo alguno, es pecado de presunción, o sea tentar a Dios."
10 Por tercera vez es vencido Satanás por el poder de la Escritura. San Pedro nos reitera esta doctrina de que, para vencer al diablo, hemos de ser fuertes en la fe (I Pedro 5, 8) y San Juan nos da igual receta para vencer al mundo, cuyo príncipe es el mismo Satanás (Juan 14, 30). Sobre el poder de la Palabra divina, véase Luc. 22, 36 y nota; S 118, 1 ss.; Apoc 12, 11.
13 Cafarnaúm, hoy Tel Hum, situada en la ribera norte del Lago de Genesaret.
15 s. Véase Is. 9, 1 s y nota
23 En las sinagogas de ellos: cf. Hebr 8, 4 y nota
24 Lunáticos se llamaban los epilépticos y enfermos de similar categoría, porque su enfermedad se atribuía a la influencia de la luna,
3 Pobres en el espíritu son, como observa Sto, Tomás, citando a San Agustín, no solamente los que no se apegan a las riquezas (aunque sean materialmente ricos=, sino principalmente los humildes y pequeños que no confían en sus propias fuerzas y que están como dice S. Crisóstomo, en actitud de un mendigo que constantemente implora de Dios la limosna de la gracia. En este sentido dice el Magnificat: "A los hambrientos llenó de bienes y a los ricos dejó vacíos" (Luc 1, 53).

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