domingo, 1 de julio de 2012

Genésis XXI. 18-34; XXII. 1-7

18 Levántate, alza al niño, y tómalo de la mano, porque haré de él un gran pueblo" 19 Y le abrió Dios los ojos, y ella vio un pozo de agua; fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al niño. 20 Y Dios asistió al niño, el cual creció y habitó en el desierto, y vino a ser tirador de arco. 21 Se estableció en el desierto de Farán, y su madre le dio una mujer de la tierra de Egipto.
22 En aquel tiempo Abimelec, acompañado de Picol, capitán de tropas, dijo a Abrahán: "Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Ahora bien, júrame, aquí por Dios que no me engañaras, ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis nietos, sino que me tratarás a mí y la tierra que te dio hospedaje con la bondad que yo he usado contigo." 24 Respondió Abrahán: "Lo juraré." 25 Pero se quejó Abrahán ante Abimelec con motivo de un pozo de agua del que se habían apoderado los siervos de Abimelec. 26 A lo cual contestó Abimelec: "No sé quien ha hecho esto; ni tú me lo has manifestado, ni yo lo he oído hasta ahora."
27 Tomó entonces Abrahán ovejas y ganado y dióselos a Abimelec; e hicieron los dos un pacto. 28 Mas como Abrahán pusiese aparte siete corderas del rebaño, 29 le dijo Abimelec: "¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?" 30 Respondió: "Estas siete corderas has de aceptar de mi mano, para que me sirvan de testimonio que yo he excavado este pozo". 31 Por eso fue llamado aquel lugar Bersabee, porque allí juraron los dos
32 Hicieron, pues, alianza en Bersabee; y levántose Abimelec, con Picol, capitán de sus tropas, y se volvieron al país de los filisteos. 33 Después plantó (Abrahán) un tamarisco en Bersabee e invocó allí el nombre de Yahvé, el Dios eterno 34 Y se detuvo Abrahán mucho tiempo en el país de los filisteos
Capítulo XXII
1 Después de esto probó Dios a Abrahán y le dijo: "¡Abrahán!" "Heme aquí", contestó éste. 2 Díjole entonces: "Toma a tu hijo único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécele allí en holocausto sobre uno de los montes que Yo te mostraré"
3 Levántose, pues, Abrahán muy de mañana aparejó su asno y tomo consigo dos de sus criados y a Isaac, su hijo; y después de partir leña para el holocausto se puso en camino para ir al lugar que Dios le había indicado. 4 Cuando al tercer día Abrahán alzó los ojos y vio el lugar desde lejos, 5 dijo a sus dos mozos: "Quedaos aquí con el asno; yo y el niño iremos hasta allá para adorar, y después volveremos a vosotros" 6 Tomó, pues, Abrahán la leña para el holocausto, cargóla sobre Isaac, su hijo y tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y caminaron los dos juntos.
7 Y se dirigió Isaac a Abrahán, su padre, diciendo: "Padre mío"; el cual respondió: "Heme aquí, hijo mío." Y dijo (Isaac): "He aquí el fuego y la leña, más ¿dónde está el cordero para el holocausto?"

Comentarios
18 Haré de él un gran pueblo: Cf. la promesa de Dios en 17, 20. De Ismael, hijo de Abrahán, nacieron muchas tribus árabes; otras son descendientes de Abrahán por medio de Keturá (cf. 25, 2 y 3). Por eso veneran los árabes a Abrahán como progenitor de su raza y la den el nombre de Chalil, esto es Amigo (de Dios). De ahí que la ciudad de Hebrón, donde se halla el sepulcro de Abrahán, se llama hoy día "El Chalil", También los hijos de Ismael se dividieron en doce tribus como los de Israel (25, 12-18). La Biblia se ocupa de ellos en muchas profecías (16, 10 ss; 21, 13 y 18; Is 21, 13-17; Jer 9, 26; 25, 23 ss; Ez 25, 4: S. 71, 10, etc.). En cuanto a los antecedentes bíblicos del pleito actual -palestinense- véase Gen. 17, 20 s; 15, 18; 26, 2-5; Rom 9, 7; Miq 7, 20, etc.
19 El corazón de Agar, no se llenó de amargura contra los que habían ocasionado su triste situación, porque sabía que era la voluntad de Dios (v. 12); tampoco se entregó a la desesperación, sino que "alzo su voz y prorrumpió en lágrimas" (v. 16). Entonces le abrió Dios los ojos y le mostró una fuente de agua, donde encontró salvación para sí misma y para su hijo. Todos los días sacaba agua de allí, y así le fue soportable la vida en la soledad del desierto, lejos de los hombres. Los que vivimos en la soledad espiritual, ¿no encontramos acaso inmenso consuelo leyendo esta narración de la misericordia de Dios, que oyó las plegarias de una mujer desamparada?
21 Farán. Región septentrional de la península del Sinaí
22 Probablemente el mismo rey de quien se trata en el cap. 20.  Este, viendo que Dios bendecía a Abrahán, quiso firmar un pacto con él para participar de sus bendiciones
25 No es de extrañar que el Patriarca se quejara por motivo de un pozo. El agua es tan escasa en esta región, que la posesión de un pozo equivalí a agrandes riquezas.
31 Bersabee significa "Pozo del Juramento"
2 "Moriah": más tarde nombre de una colina. Sobre ella se construyó, según II Par 3, 1, el Templo de Salomón. El lugar preciso del sacrificio sería la roca que domina la espléndida cúpula de la Mezquita de Omar" (Fillion). El nombre de Moriah se explica de diversas maneras. Parece aludir a la aparición del Señor como se deduce del vers 14 (cf. II Par 3, 1 ss). Las dos pruebas más grandes que experimentó Abrahán fueron, primero el mandato de Dios de abandonar su patria y a sus parientes, y vivir como extraño en un país desconocido; segundo, la orden de sacrificar a su propio hijo. El santo patriarca no vaciló ni un momento, sino que se puso inmediatamente en marcha, para cumplir la voluntad de Dios. "A ningún padre pidió Dios sacrificio tan grande, más ¡a cuántos llega el momento en que les quita de repente un ser querido! Hasta entonces les había parecido que el hijo era todo suyo por ser carne de su carne y sangre de su sangre; veían en él la prolongación de su propia vida. Pero llega el momento en que, sea por una grave enfermedad, sea por otra causa, peligra la vida del hijo; momento en que el Señor les pide el sacrificio. Unos desoyen su voz refugiándose en cierto fatalismo; otros se rebelan haciendo valer derechos que no existen, pues Dios es siempre dueño de la vida; algunos se someten aceptan la voluntad divina y entregan su hijo, Pónense en camino acompañando al hijo, que ni siquiera se da cuenta del sacrifico de los padres, quienes con angustia, esperan el momento en que será consumado su sacrificio. Muchas veces, como en el caso de Abrahán. Dios se conforma con sólo la prontitud de obedecer, de someterse, de aceptar su voluntad; otras veces indica también el monte en el cual desea ver realizado el holocausto. Para María el monte indicado fue el Gólgota y ella, incondicionalmente pronunció su "Fiat", como en el día de la Encarnación (Elpis)

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