domingo, 1 de julio de 2012

Génesis XXVII. 22-46

22 Acercóse, pues Jacob a su padre Isaac, el cual lo palpó y dijo: "La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú." 23 Y no lo reconoció, porque sus manos estaban velludas, como las manos de su hermano Esaú y así lo bendijo. 24 Pero repitió la pregunta: "¿Eres tú realmente mi hijo Esaú?" Y él respondió: "Yo soy". 25 Dijo entonces: "Acércame la caza, y comeré de ella, hijo mío, para que te bendiga mi alma." Acercósela, y comió; le sirvió también vino, y bebió. 26 Después le dijo Isaac, su padre: "Acércate y bésame, hijo mío." 27 Acercóse, pues, y lo besó: y cuando (Isaac) sintió la fragancia de sus vestidos lo bendijo, diciendo

"Mira, el olor de mi hijo
es como el olor de un campo
bendecido por Yahvé.
28 ¡Déte Dios del rocío del cielo,
y de la grosura de la tierra,
y abundancia de trigo y vino!
29 ¡Sírvante pueblos,
y póstrense delante de ti naciones;
se señor de tus hermanos.
e inclínense ante ti los hijos de tu madre!
¡Maldito el que te maldiga.
y bendito quien te bendiga!"

30 Apenas Isaac había acabado de bendecir a Jacob, y no bien había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, cuando Esaú, su hermano, volvió de su caza. 31 Hizo también un sabroso guiso y presentándolo a su padre le dijo: "Levántase mi padre y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga tu alma." 32 Isaac, su padre, le dijo: "¿Quién eres tú?" Contestóle: "Soy tu hijo, el primogénito tuyo Esaú" 33 Asombróse Isaac sobremanera, hasta el extremo, y dijo: "¿Quién es, pues, aquel que fue a cazar y me trajo caza, y yo he comido de todo antes que tú vinieses, y lo he bendecido de suerte que quedará bendito?"
34 Al oír Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito fuerte y extremadamente amargo, y dijo a su padre: "¡Bendíceme también a mí, padre mío!" 35 Mas él respondió: "Ha venido tu hermano con engaño y se ha llevado tu bendición." 36 Dijo entonces (Esaú); "Con razón se llama Jacob; pues me ha suplantado ya dos veces: me quitó la primogenitura, y ya ves que ahora me ha quitado la bendición" Y añadió: "¿No has reservado bendición para mí?" 37 Isaac respondió y dijo a Esaú: "Mira, le he puesto por señor tuyo, le he dado siervos a todos sus hermanos y le he provisto de trigo y vino. Por ti, pues, ¿qué podré hacer ahora, hijo mío?" 38 Dijo Esaú a su padre: "¿No tienes más, que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!" Y levantó Esaú su voz y rompió a llorar.
39 Entonces repuso Isaac, su padre diciendo:

"He aquí que lejos de la grosura
de la tierra será tu morada,
y lejos del rocío que baja del cielo.
40 De tu espada vivirás
y servirás a tu hermano,
pero cuando empieces a dominar,
romperás su yugo de sobre tu cerviz."

41 Esaú concibió odio contra Jacob a causa de la bendición con que le había bendecido su padre; y dijo Esaú en su corazón: "Se acercan ya los días en que haré duelo por mi padre; después mataré a Jacob, mi hermano." 42 Rebeca tuvo noticias de las palabras de Esaú su hijo mayor; por lo cual envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: "Mira, tu hermano Esaú quiere vengarse de ti, matándote. 43 Ahora, pues hijo mío, oye mi voz: levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán; 44 y estarás con él algún tiempo, hasta que se apacigüe la cólera de tu hermano se aparte de ti, y él se olvide de lo que le has hecho. Yo entonces enviaré por ti y te traeré de allá. ¿Por qué he de quedar privada de vosotros dos en un mismo día?" 46 Y dijo Rebeca a Isaac: "Me da fastidio el vivir, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de este país, ¿para qué seguir viviendo?

Comentarios
27 La fragancia de los vestidos de Esaú se explica por el aroma de las hierbas y flores campestres de aquella región, que, según atestiguan los viajeros antiguos y modernos, despiden un olor extraordinariamente agradable
28 La bendición que Isaac imparte a su hijo Jacob, se refiere primero a los bienes terrestre, mas en su segunda parte contiene una promesa mesiánica, pues por el Redentor es por quien son benditos todos los patriarcas, y por quien se postrarán los otros pueblos ante su hijo. "Jacob, recibiendo la bendición de Isaac, representa también a los escogidos, considerados en Cristo, que es su cabeza, el modelo de su predestinación, el principio de su santidad, y el autor de su glorificación. Jesucristo se presentó a su Padre en traje y figura de pecador, como Jacob en el de Esaú... Y por esto mereció la bendición de su padre; y descendió a la tierra sobre los escogidos el rocío de santidad, la lluvia de los dones y gracias del Espíritu Santo y el pan y el vino de las dulzuras, suavidades y consuelos celestiales" (Scío). San Ireneo refiere esta bendición al Reino que ha de venir, diciendo: "Si alguno no entiende estas palabras como predicción del Reino caerá en gran contradicción, a la manera de los judíos, que se ven envueltos en confusión, pues no se cumplieron materialmente en Jacob" (Adv. Haer. V 33)
36 Alusión al nombre de Jacob. Véase 25, 25 y nota
37 El Patriarca, acatando los inescrutables planes de Dios, confirma las bendiciones dadas a Jacob. San Pablo alaba esta actitud como un acto de Fe (Hebr. 11, 20) y muestra que era un designio divino. Véanse Rom 9, 12-13 y Hebr 12, 12
40 La profecía que Isaac hizo a Esaú, se cumplió al pie de la letra. Los descendientes de Esaú que se llamaban idumeos, vivían de la espada y de la rapiña; sometidos por los israelitas sacudieron muchas veces el yugo de sus hermanos, apoyando siempre a sus enemigos, de modo que su nombre, como el de Babilonia, se usaba como símbolo de los enemigos del Reino de Dios. Son muy numerosos los vaticinios y maldiciones contra Edom, p. ej.: S 107, 10; 136, 7; Is 11, 14; 63, 1-6; Jer 49, 7-22; Ex. cap. 35; toda la profecía de Abdías; Mal 1, 2ss
46 Las  hijas de Het: Esaú se había casado con dos mujeres heteas. Véase 26, 34.

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