sábado, 21 de julio de 2012

Evangelio según San Marcos 9.21-48; 10 1-42



21 Y preguntó al adre:,‛‛¿Cuánto tiempo hace que esto le sucede?” Respondió: ‛‛Desde su infancia, 22 y a menudo lo ha echado, ora en el fuego, ora en el agua, para hacerlo morir. Pero si tú puedes algo, ayúdanos, y ten compasión de nosotros."  23 Replícóle Jesús  ‛‛¡Si puedes! ... Todo es posible para el que cree." 24 Entonces, el padre del niño se puso a gritar: "¡Creo! ¡Ven en ayuda de mi falta de fe!" 25 Y Jesús viendo que se aproximaba un tropel de gente, conminó al espíritu diciéndole: ‛‛Espíritu mudo Y sordo, Yo te lo mando, Sal de él, y no vuelvas a entrar más en él." 26Y, gritando y retorciéndolo en convulsiones, Salió. Y quedó el niño como muerto, y así muchos decían que había muerto. 27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó y él Se tuvo en pie. 28 Cuando hubo entrado en casa, los discípulos le preguntaron en privado: ‛‛¿Por qué, pues, no pudimos nosotros expulsarlo?" 29 Les dijo: ‛‛Esta casta no puede ser expulsada sino con la oración y el ayuno.”
30 Partiendo de allí, pasaron a través de Galilea, y no quería, que se supiese; 31 porque enseñó esto a sus discípulos: :El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo harán morir; y tres días después de su muerte resucitará." 32 Pero ellos no comprendieron estas palabras y temían preguntarle.
33 Entretanto, llegaron a Cafarnaúm; y cuando estuvo en su casa, les preguntó: ‛‛¿De qué conversabais en el camino?" 34 Mas ellos guardaron silencio, porque habían discutido entre sí, durante el camino, sobre quien Sería el mayor. 35 Entonces, sentóse, llamo a los Doce y les dijo: ‛‛Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último de todos y el servidor de todos." 36 Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, y abrazándolo, les dijo: 37 ‛‛El que recibe a uno de estos niños en mi nombre, a Mi me recibe; y el que a Mi me recibe, no me recibe a Mi, sino a Aquel que me envió." 38 Díjole Juan: ‛‛Maestro, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre,
el cual no nos sigue; y se lo impedíamos, porque no anda con nosotros." 39 Pero Jesús dijo: ‛‛No se lo impidáis, porque nadie, haciendo milagro por mi nombre, será capaz de hablar luego mal de Mí. 40 Porque quien no está contra nosotros, por nosotros está. 41 “Quien os diere a beber un vaso de agua, por razón de que sois de Cristo, en verdad os digo, no perderá Su recompensa.”
42 Quien escandalizare a uno de estos pequeñitos que creen, más le valdría que le atasen alrededor de su cuello una piedra de .molino de las que mueve un asno, y que lo echasen al mar. 43 Si tu mano te escandaliza, córtala: más te vale entrar en la vida manco, que irte, con tus dos manos, a la gehenna, al fuego que no se apaga.[44]. 45Y
si tu pie te escandaliza, córtalo: más te vale entrar en la vida cojo que ser, con tus dos
pies, arrojado a la gehenna. [46]. 47Y si tu ojo te escandaliza, sácalo: más te vale entrar en el reino de Dios teniendo un solo ojo que con tus dos ojos ser arrojado a la gehenna, 48 donde "el gusano de ellos no muere y el fuego no se apaga". 49 Porque cada uno ha de ser Salado con el fuego. La sal es buena; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos y estad en paz unos
con otros.

Capítulo X
1 Partiendo de allí, fue al territorio de Judea y de Transjordania. De nuevo, las muchedumbres acudieron a Él, y de nuevo, según su costumbre, los instruía. 2 Y viniendo a Él algunos fariseos que, con el propósito de tentarlo, le preguntaron si era lícito al marido repudiar a su mujer, 3 les respondió y dijo: ‛‛¿Qué os ha ordenado Moisés." 4 Dijeron: "Moisés permitió dar libelo de repudio y despedir (la)." 5 Mas Jesús les replicó: ‛‛En vista de vuestra dureza de corazón os escribió ese precepto. 6 Pero desde el comienzo de la creación, Dios los hizo varón y mujer. 7 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, 8 y los dos vendrán a ser una sola carne. De modo que no son ya dos, sino una Sola carne. 9 ¡Y bien! ¡Io que Dios ha unido, el hombre no lo separe!" Devuelta a su casa, los discípulos otra vez le preguntaron Sobre eso. 11 Y les dijo: ‛‛Quien repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12 y si una mujer repudia a su marido y se casa con otro, ella comete adulterio."

Comentarios
29. Y el ayuno: falta en el Codex Vaticanus. Cf, Mat. 17, 21.
33 ss. Véase Mat. 18, 1 ss.; Luc. 9, 46 ss.
40. Nosotros: Así reza el texto griego según Merk. Algunos códices dicen vosotros, como en Luc. 9, 50. La variante parece acentuar más aún la diferencia que Jesús establece entre Él que es el fin (Mat.12, 30)- y nosotros, simples medios. Cf. Filip. 1, 15 ss.; Núm. 11, 24-30.
43. Véase Mat. 5, 29 s.; 18, 8 y notas. Cf. Prov. 5, 8; Ecli. 9, 4. Gehenna: infierno Cf. Mat. 5, 22 y nota.
44. Los vv. 44 y 46 faltan en los mejores códices griegos. Son repeticiones del v. 48, introducidas por los copistas (véase Merk, joñon, etc.).
48. Aquí Jesús define 1a, eternidad de las penas del infierno. Véase Judit 16, 21; IS. 66, 24; Apoc. 20. 10.
49. Según la Ley (Lev. 2, 13) los sacrificios se rociaban con sal (de la Alianza).
1 ss. Véase Mat. 19, îss.; Gen. 1, 27; 2, 24; Deut. 24, L4; I Cor. 6, 16; 7, 10 5.; Ef. 5, 31.
l1s.Contra la primera: hay un bello matiz de caridad en esta clara definición que condena d desorden de nuestra época, en la que una legislación civil Se cree autorizada para separar "lo que Dios ha unido".


13 Le trajeron unos niños para que los tocase; mas los discípulos ponían trabas. 14 Jesús viendo esto, se molestó y les dijo: ‛‛Dejad a los niños venir a Mí y no les impidáis, porque de tales como éstos es el reino de Dios. 15 En verdad, os digo, quien no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él." 16 Después los abrazo y los bendijo, poniendo sobre ellos las manos.
17 Cuando iba ya en camino, vino uno corriendo y, doblando la rodilla, le preguntó: ‛‛Maestro bueno, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?" “Respondióle Jesús: ‛‛¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. 19 Tu conoces los mandamientos: "No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre"; 20 y él le respondió: ‛‛Maestro, he cumplido todo esto desde mi juventud.” 21 Entonces, Jesús lo miró con amor y le dijo: ‛‛Una cosa te queda: anda, vende todo lo que posees y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después, vuelve, y sígueme, llevando la cruz." 22 Al oír estas palabras, se entristeció, y se fue apenado, porque tenía muchos bienes.
23 Entonces, Jesús, dando una mirada a su rededor, dijo a sus discípulos: ‛‛¡Cuán difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!” 24 Como los discípulos se mostrasen asombrados de sus palabras, volvió a decirles Jesús: "Hijitos, ¡cuán difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el reino de Dios! 25 Es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios." 26 Pero su estupor aumentó todavía, y se decían entre sí: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?" 27 Mas Jesús, fijando sobre ellos su mirada, dijo: ‘‛Para los hombres, esto es imposible, mas no para Dios, porque todo es posible para Dios." 28 Púsose, entonces, Pedro a decirle: ‛‛Tu lo ves, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido." 29 Jesús le contestó y dijo: ‛‛En verdad, os digo, nadie habrá dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, a causa de Mí y a causa del Evangelio, que no reciba centuplicado ahora, en este tiempo, casas, hermanos, hermanas, madre, hijos y campos -a una con persecuciones-, y, en el siglo venidero, la vida eterna. 31 Mas muchos primeros serán últimos, y muchos últimos, primeros.
32 Iban de camino, subiendo a Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; y ellos se asombraban y lo seguían con miedo. Y tomando otra vez consigo a los Doce, se puso a decirles lo que le había de acontecer: 33 "He aquí que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte, y lo entregarán a los gentiles; y lo escarnecerán, lo escupirán, lo azotaran y lo mataran, mas tres días después resucitara .
35 Acercáronsele Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: "Maestro, queremos que Tú hagas por nosotros cualquier cosa que te pidamos." 36 Él les dijo: "Que queréis, pues, que haga por vosotros?" 37 Le respondieron: ‛‛Concédenos sentarnos, el uno a tu derecha, el otro a tu izquierda, en tu gloria." 38 Pero les Jesús les dijo: "No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que Yo he de beber, o recibir el bautismo que Yo he de recibir?" 39 Le contestaron: ‛‛Podemos? Entonces, Jesús les dijo: "El cáliz que Yo he de beber, lo beberéis; y el bautismo que Yo he de recibir lo recibiréis. 40 Mas en cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no es mío darlo sino a aquellos para quienes está preparado." 41Cuando los otros diez oyeron esto, comenzaron a indignarse contra Santiago y Juan. 42 Entonces, Jesús los llamó y les dijo: "Como vosotros sabéis, los que aparecen como jefes de los pueblos, les hacen sentir su dominación; y los grandes, su poder.

Comentarios
14. Este llamado de Jesús es el fundamento de toda educación. Los niños entienden muy bien las palabras del divino Maestro, porque Él mismo nos dijo que su Padre revela, 2. los pequeños lo que oculta a los sabios y prudentes (Luc. 10, 2l).
17 ss. Véase Mat. 19, 16 ss.; Luc. 18, 18 ss.
22. Sobre este caso véase Luc. 18, 22 y nota.
25. Jesús enseña que no puede salvarse el rico de Corazón, porque, como Él mismo dijo, no se puede servir a Dios y a las riquezas (Mat. 6, 24). El que pone su corazón en los bienes de este mundo no es el amo de ellos, sino que los sirve, así como todo el que peca esclavo es del pecado (Juan 8, 34). Tan triste situación es bien digna de lástima, pues se opone a la bienaventuranza de los pobres en espíritu, que Jesús presenta como la primera de todas (Mat. 5, 31). Véase Luc. 18, 24 y nota. "No se sepulte vuestra alma en el oro, elévese al eielo" (S. Jerónimo). Cf; Col. 3. 1-4; Filip. 3, 19 ss.; Ef. 2, 6.
30. Centuplicado. Todos los verdaderos pobres son ricos. "¿No os parece rico, exclama S. Ambrosio, el que tiene la paz del alma, la tranquilidad y el reposo, el que nada desea, no Se turba por nada. no se disgusta por las cosas que tiene desde largo tiempo, y no las busca nuevas?” A diferencia de San Mateo (19, 27 ss.), no se habla aquí del que deja la esposa, y se acentúa en cambio que esta recompensa se refiere a la vida presente, aun en medio de las persecuciones tantas veces anunciadas por el Señor a sus discípulos. Cf. Luc. 18, 29.
35 ss. Estos "hijos del trueno" (3, 17) recordaban los doce tronos (Mat. 19, 28) y pensaban como los que oyeron la parábola de las minas (Luc. 19, 11), como los del Domingo de Ramos (11, 10), como todos los apóstoles después de la Resurrección (Hech. 1, 6), que el Reino empezaría a llegar. Jesús no condena precisamente, como algunos han creído, esta gestión que sus primos hermanos intentan por medio de su madre la buena Salomé (Mat. 20, 20) y que, sí bien recuerda la ambición egoísta de Sancho por su ínsula, muestra al menos una fe y esperanza sin doblez. Pero alude una vez más a los muchos anuncios de su Pasión, que ellos, como Pedro (Mat. 16, 22). querían olvidar, y les reitera la gran lección de la humildad, refiriéndose de paso a arcanos del Reino que San Pablo habría de explayar más tarde en las Epístolas de la cautividad.
39. Ese bautismo a que Jesús alude no parece ser sino el martirio. Véase Luc. 12, 50. Ambos apóstoles lo padecieron (Hecb. 12 y nota), si bien Juan salió ileso de su "bautismo" en aceite hirviendo. Cf. Juan 21, 22 y nota. 42 ss. Véase Luc. 22, 25-27


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