sábado, 21 de julio de 2012

Evangelio según San Marcos cap. 4. 19-41; 5; 6. 1-8


19 pero los afanes del mundo, el engaño de las riquezas y las demás concupiscencias invaden y ahogan la palabra, la cual queda infructuosa. 20 Aquellos, en fin, que han sido sembrados en buena tierra, son: quienes escuchan la palabra, la reciben y llevan
fruto, treinta, sesenta y ciento por uno."
21 Les dijo también: ‛‛Acaso se trae la luz para ponerla debajo del celemín o debajo de la cama? ¿No es acaso para ponerla en el candelero? 22 ”Nada hay oculto que no haya de manifestarse, ni ha sido escondido sino para que sea sacado a luz. 23 Si
alguien tiene oídos para oír, ¡oiga!” 24 Díjoles además: "Prestad atención a lo que oís: con la medida con que medís, se medirá para vosotros; y más todavía os será dado a vosotros los que oís; 25 porque a quien tiene se le dará, y a quien no tiene, aun lo que tiene le será quitado."
26 Y dijo también: ‛‛Sucede con el reino de Dios lo que sucede cuando un hombre arroja la simiente en tierra. 27 Ya Sea que duerma o esté despierto, de noche, y de día, la simiente germina y crece, y él no sabe cómo. 28Por sí misma la tierra produce primero el tallo, después la espiga, y luego el grano lleno en la espiga. 29 Y cuando el fruto está maduro, echa pronto la hoz, porque la mies está a punto."
30 Dijo además: ‛‛¿Qué comparación haremos del reino de Dios, y en qué parábola lo pondremos? 31 Es como el grano de mostaza, el cual, cuando es sembrado en tierra, es la menor de todas las semillas de la tierra. 32 Con todo, una vez sembrado, sube y se hace mayor que todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de modo que los pájaros del cielo pueden anidar bajo su sombra."
33 Con numerosas parábolas como éstas les presentaba Su doctrina, según eran capaces de entender, 34 y no les hablaba sin parábolas, pero en particular, se lo explicaba todo a los discípulos que eran suyos.
35 Y les dijo en aquel día, llegada la tarde: "Pasemos a la otra orilla." 36 Entonces ellos, dejando a la multitud, lo tomaron consigo tal como estaba en la barca; y otras barcas lo acompañaban. "Ahora bien, sobrevino una gran borrasca, y las olas se lanzaron sobre la barca, hasta el punto de que ella estaba ya por llenarse; 38 Mas El estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron diciéndole: "Maestro, ¿no te importa que perezcamos?” 39 Entonces El se levantó, increpó al viento y dijo al mar; ‛‛¡Calla; sosiégate!” Y Se apaciguó el viento y fue hecha gran bonanza. 40 Después les dijo: ‛‛¿Por qué sois tan miedosos? ¿Cómo es que no tenéis fe?" 41Y ellos temían con un miedo grande, y se decían unos a otros: "¿Quién es, entonces, Éste, que aun el viento y el mar le obedecen?"

Capítulo V
1 Llegaron a la otra orilla del mar, al país de los gerasenos. 2Apenas desembarcó, salióle al encuentro desde los sepulcros un hombre poseído de un espíritu inmundo, 3 el cual tenía su morada en los sepulcros; y ni con cadenas podía ya nadie amarrarlo, 4 pues muchas veces lo habían amarrado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y hecho pedazos los grillos, y nadie era capaz de sujetarlo. 5 Y todo el tiempo, de noche y de día, Se estaba en los sepulcros y en las montañas, gritando e hiriéndose con piedras. 6 Divisando a Jesús de lejos, vino corriendo, se prosternó delante de Él 7 y gritando a gran voz dijo: ‛‛¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo? Te conjuro por Dios, no me atormentes." “Porque El le estaba diciendo: ‛‛Sal de este hombre, inmundo espíritu." 9 Y le preguntó: ‛‛¿Cuál es tu nombre?" Respondióle: ‛‛Mi nombre es Legión, porque somos muchos." 10 Y le rogó con ahínco que no los echara fuera del país. 11 Ahora bien, había• allí junto a la montaña una gran piara de puercos paciendo. 12Le suplicaron diciendo: ‛Envíanos a los puercos, para que entremos en ellos." 13 Se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara, como unos dos mil, se despeñó precipitadamente en el mar y se ahogaron en el agua.

Comentarios
22. Jesús insiste en que su predicación no tiene nada de secreto ni de esotérico. El grado de penetración de su luminosa doctrina depende del grado de atención que prestamos a sus palabras, como lo dice en el v. 24, en el cual promete a los que las oyen bien, una recompensa sobreabundante. Cf. Luc. 12, 1 ss. y nota. '
24. Véase en Mateo 7, 2 y nota la explicación de este pasaje. San Marcos añade aquí, en las palabras finales, un nuevo rasgo de esa divina misericordia que Se excede siempre en darnos más de lo que merecemos. El Papa San Pio V condenó, entre los errores de Miguel Bayo, la proposición según la cual en el día del juicio las buenas obras de los justos, no recibirán mayor recompensa que la que merezcan según la mera justicia (Denz. 1014).
26 ss. Esta pequeña y deliciosa• parábola, exclusiva de Marcos, muestra la eficacia propia que por acción divina tiene la Palaba de Dios, con sólo dejarla obrar en nuestra alma Sin ponerle obstáculos. Cf. Iuan 17, 17 y nota.
29. Muy apropiada es esta parábola para suprimir en los ministros del Evangelio la vanagloria al mismo tiempo les inspira Confianza, puesto que el éxito no depende de ellos Sino de la gracia divina (Simón-Prado). Véase Juan 71, 20; I Cor. 3, 7.
30 ss. Véase Mat. 13, 31 S.; Luc. l3, 18 S.
40. Véase Mat. 8, 23 ss.; Luc. 8, 22 ss. La barca abandonada a las olas es una imagen de la Iglesia, que sin cesar tiene que luchar contra toda clase de tormentas; mas Cristo está en la. barca para conducirla a través del "tiempo de nuestra peregrinación" (I Pedr. 1, 17) "en este siglo malo" (Gál. 1, 4). Tengamos, pues, confianza. ‘
41. ¿Quién es entonces?: Vemos por esta expresión la incertidumbre en que aun estaban estos discípulos respecto de Jesús, no obstante la admirable confesión de Natanael en Juan 1, 49.
1ss. Véase Mat. 8, 28 SS.; Luc. 8, 26 ss. S. Mateo habla de dos endemoniados. Marcos menciona una solo, probablemente porque éste desempeñaba el papel principal. Sobre Gerasa véase Mat. 8, 28 y nota


14 Los porqueros huyeron a toda prisa y llevaron la nueva a la ciudad y a las granjas; y vino la gente a cerciorarse de lo que había pasado. 15 Mas llegados a Jesús vieron al endemoniado, sentado, vestido y en su sano juicio: al mismo que había estado poseído por la legión, y quedaron espantados. 16 Y los que habían presenciado el  hecho, les explicaron cómo había sucedido con el endemoniado y con los puercos. 17 Entonces comenzaron a rogarle que se retirase de su territorio.
18 Mas cuando Él se reembarcaba, le pidió el endemoniado andar con Él; 19 pero no se lo permitió; sino que le dijo: ‛‛Vuelve a tu casa, junto a los tuyos, y cuéntales todo lo que el Señor te ha hecho y cómo tuvo misericordia de ti.” 20 Fuése, y se puso a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho por él, y todos se maravillaban.
21Habiendo Jesús regresado en la barca a la otra orilla, una gran muchedumbre se juntó alrededor de Él. Y Él estaba a la orilla, del mar, 22 cuando llegó un jefe de  sinagoga, llamado Jairo, el cual, al verlo, se echó a sus pies, 23 le rogó encarecidamente y le dijo: ‛‛Mi hija está en las últimas; ven a poner tus manos sobre ella, para que se sane y viva.” 24 Se fue con él, y numerosa gente le seguía, apretándolo.
25Y había una mujer atormentada por un flujo de sangre desde hacia doce años. 26 Mucho había tenido que sufrir por numerosos médicos, y había gastado todo su haber, sin experimentar mejoría, antes, por el contrario, iba de mal en peor. 27 Habiendo oído lo que se decía de Jesús, vino, entre la turba, por detrás, y tocó su vestido. 28 Pues se decía: ‛'Con solo tocar sus vestidos, quedaré sana." 29 Y al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba sana de su mal. 30 En el acto Jesús, conociendo en sí mismo que una virtud había salido de Él, se volvió entre la turba y dijo: ‛‛¿Quién ha tocado mis vestidos?” 31Respondiéronle sus discípulos: ‛‛Bien ves que la turba te oprime, y preguntas: ‛‛¿Quién me ha tocado?” 32 Pero El miraba en torno suyo, para ver la persona que había hecho esto. 33 Entonces, la mujer, azorada y temblando, sabiendo bien lo que le había acontecido, vino a postrarse delante de Él, y le dijo toda la verdad. 34 Mas Él le dijo: ‛‛¡Hija! tu fe te ha salvado. Vete hacía la paz y queda libre de tu mal."
35 Estaba todavía hablando cuando vinieron de casa del jefe de sinagoga a decirle (a éste): "Tu hija ha muerto. ¿Con qué objeto incomodas mas al Maestro?" 36 Mas Jesús, desoyendo lo que hablaban, dijo al jefe de sinagoga: ‛‛No temas, únicamente cree." 37 Y no permitió que nadie lo acompañara, sino Pedro, Santiago y Juan, hermano de Jacobo. 38 Cuando hubieron llegado a la casa del jefe de sinagoga, vio
el tumulto, y a los que estaban llorando y daban grandes alaridos. 39 Entró y les dijo:
‛‛¿Por qué este tumulto y estas lamentaciones? La niña no ha muerto, sino que duerme." 40 Y Se burlaban de Él. Hizo, entonces, salir a todos, tomó consigo al padre de la niña y a la madre y a los que lo acompañaban, y entró donde estaba la niña. 41 “Tomó la mano de la niña y le dijo: "¡Talitha kum!", que se traduce: ‛‛¡Niñita, Yo te lo mando, levántate!" 42 Y al instante la niña se levantó, y Se puso a caminar, pues era de doce años. Y al punto quedaron todos poseídos de gran estupor. 43 Y les recomendó con insistencia que nadie lo supiese; y dijo que a ella le diesen de comer.

Capítulo VI
1 Saliendo de allí, vino a su tierra, y sus discípulos lo acompañaron. 2 Llegado el  sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la numerosa concurrencia que lo escuchaba estaba llena de admiración, y decía: ‛‛¿De dónde le viene esto? ¿Y qué es esta sabiduría que le ha sido dada? ¿Y estos grandes milagros obrados por sus manos? 3 ¿No es Éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no están aquí entre nosotros?" Y se escandalizaban de El 4Mas Jesús les dijo: ‛‛No hay profeta sin honor sino en su tierra, entre sus parientes Y en su casa." 5 Y no pudo hacer allí ningún milagro; solamente puso las manos sobre unos pocos enfermos, y los sanó. 6 Y Se quedó asombrado de la falta de fe de ellos. Y recorrió las aldeas a la redonda, enseñando.
7 Entonces, llamando a los doce, comenzó a enviarlos, de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos, 8 y les ordenó que no llevasen nada para el camino, sino sólo un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinto,

Comentarios
17. Los gerasenos son el tipo de aquellos hombres que se retiran de la Iglesia para no ser inquietados en la cómoda vida que llevan. Los cerdos, es decir, los bienes materiales, valen para ellos más que la fe y las promesas de Cristo. Véase Ia nota a Filip, 3, 11,
20. Decápolís, p región de las "dicz ciudades libres", situadas en su mayoría en la Transjordania Septentrional.
21 ss. Véase Mat. 9, 18 ss. y notas.
30 s. La pregunta del Señor tiene por objeto confirmar el milagro delante de toda la muchedumbre. La respuesta de los discípulos acusa su poca inteligencia del poder y sabiduría de Jesús, pues Él sabía muy bien quién le había tocado.
4-1. "Talíthu kum": expresión aramea. que el Evangelista traduce para su auditorio de Roma.
43. Parece que los padres, fuera de sí de alegría. Olvidaban el alimento que requería Su hija. Jesús no lo olvida. Véase S. 26, 10; 102, 13; Is. 66, 13 ynotas.
3. Véase Mat. 13, 54 SS.; Luc. 4, 16 ss.; Juan 6, 42. No es sorprendente que tengan a Jesús por artesano, pues durante su vida oculta, hasta los treinta años, ayudaba a José en las tareas de carpintero, santificando así el trabajo manual, Respecto a los "hermanos" de Jesus véase 3, 32; IMat. 12, 4-6 y nota.
8s. Véase Mat. 10, 5ss.; Luc. 9, lss,; 10, 1ss. Jesús quiere que sus ministros tengan plena confianza en la providencia del Padre Celestial (Mat.6, 25 ss,) y se desprendan de todo lo que no sea absolutamente necesario. Les basta con la eficacia infalible de la palabra evangélica y la gracia que la acompaña. Véase II Tim. 2, 4.

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