domingo, 1 de julio de 2012

Génesis XLI 49-57; XLII 1-23

49 Almacenó José tanto trigo como las arenas del mar; en tan gran cantidad que dejó de contarlo, porque no tenía número.
50 Antes que viniese el año del hambre, le nacieron a José dos hijos, que le dio a luz Asenat, hija de Putifar, sacerdote de On. 51 Llamó José al primogénito Manasés (diciendo): "Dios me ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre." 52 Al segundo puso por nombre Efraím (diciendo): "Dios me ha dado prole en la tierra de mi aflicción."
53 Terminados los siete años de abundancia que hubo en el país de Egipto, 54 comenzaron a venir los siete años de hambre, como José había anunciado; y hubo hambre en todos los países, pero en toda la tierra de Egipto hubo pan. 55 Al sentir el hambre toda la tierra de Egipto clamó el pueblo al Faraón por pan; y dijo el Faraón a todos los egipcios: "Id a José; haced lo que él os dijere." 56 Y habiendo hambre sobre toda la faz de la tierra, abrió José todo lo que tenía en los graneros y vendió (trigo) a los egipcios, pues el hambre arreció en la tierra de Egipto. 57 Y de todos los países fueron a Egipto a comprar grano a José; porque era grande el hambre en toda la tierra.
Capítulo XLII
1 Viendo Jacob que había grano en Egipto, dijo a sus hijos: "¿Por qué estáis mirándoos el uno al otro?" 2 Y añadió "He aquí, he oído que hay grano en Egipto. Bajad allá a comprárnoslo de allí, a fin de que vivamos y no muramos." 3 Bajaron entonces diez de los hermanos de José a comprar trigo en Egipto. 4 Mas a Benjamín, hermano de José, no lo envió Jacob con sus hermanos, pues dijo: "No sea que le suceda alguna desgracia." 5 Así llegaron, entre otros, también los hijos de Israel a comprar trigo, porque había hambre en el país de Canaán. 6 José era entonces gobernador del país, el que vendía el trigo a todo el pueblo de la tierra. Por tanto cuando llegaron los hermanos de José se postraron delante de él rostro a tierra. 7 Al ver José a sus hermanos, los reconoció, mas fingiéndose extraño para ellos les habló con dureza, diciéndoles: "¿De dónde venís?" Contestaron: "De la tierra de Canaán, a comprar víveres." 8 Reconoció, pues, José a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron a él.
9 Acordóse entonces José de los sueños que había soñado acerca de ellos, y les dijo: "Espías sois; habéis venido a observar los lugares indefensos del país." 10 Le contestaron: "No, señor mío; tus siervos han venido a comprar víveres. 11 Todos somos hijos de un mismo padre; hombres honestos somos; tus siervos no son espías." 12 Pero él les dijo: "No, a observar los puntos indefensos del país habéis venido." 13 Respondieron: "Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo padre en la tierra de Canaán; el menor está todavía con nuestro padre, y el otro ya no existe."
14 Replicóle José: "Es como os he dicho: sois espías. 15 En esto seréis probados. ¡Por la vida del Faraón! No saldréis de aquí, a menos que venga acá vuestro hermano menor. 16 Enviad a uno de vosotros que traiga a vuestro hermano; entretanto, vosotros quedréis presos. Serán puestas a prueba vuestras palabras (para comprobar) si hay verdad en vosotros. Si no, ¡por la vida del Faraón! que sois espías." 17 Y los puso juntos en la cárcel por espacio de tres días.
18 Al tercer día les dijo José: "Haced esto y viviréis; pues yo soy temeroso de Dios. 19 Si sois gente honesta, uno de vuestro hermanos quede preso en la casa de vuestra prisión; mas vosotros, id y llevad el grano para el hambre de vuestras casas, 20 y traedme a vuestro hermano menor; entonces se verá si vuestras palabras son verdaderas, y no moriréis." Ellos hicieron así, 21 diciendo el uno al otro: "Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano; porque vimos la angustia de su alma cuando nos pedía compasión y no le escuchamos; por eso nos ha sobrevenido esta tribulación." 22 Respondióles Rubén, diciendo: "¿No os decía yo que no pequéis contra el niño; y no me escuchastéis? Ahora se nos demanda su sangre." 23 No se daban cuenta de que José escuchaba, pues les hablaba por medio de un intérprete.

Comentarios
55 Id a José: ¡Qué bien se aplican estas palabras también al patriarca homónimo de Nazaret, que tuvo como súbdito a Aquel que lleva todo el universo en su mano, y alimentó con el trabajo de sus manos al mismo Jesucristo! Por eso su poder es tan grande como su gloria en el cielo. Dios jamás le negará un pedido que sea para gloria de su Hijo y para nuestra salud eterna.
1 No se sabe porque José no comunicó a su padre la elevación a la dignidad de virrey. Probablemente por miedo a sus hermanos, y además porque todo lo dejaba a la divina Providencia.
6 Se postraron delante de él: Cumplióse así el sueño (37, 7) José los trata con dureza, no para tomar venganza sino para probarlos
15 Jurar por la vida del rey era costumbre entre los pueblos antiguos, donde el rey poseía todo el poder como representante de Dios. Por lo cual no se puede decir que José haya caído en idolatría. Su fe en el verdadero Dios está fuera de duda. (véase 40, 8; 41, 16 y 25; 42, 18).
18 Soy temeroso de Dios: Lo dice como para darles la seguridad del cumplimiento de la promesa que les acaba de  hacer. Vivirán con la condición de que hagan lo que les había ordenado (v. 15)
21 "Se ve cuán útiles son las tribulaciones que Dios nos envía. El dolor nos saca la voz de la verdad, para que confesemos con sinceridad y detestemos eficazmente nuestros delitos: y la pena nos abre los ojos, que había cerrado la culpa." (Scío)

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