domingo, 1 de julio de 2012

Génesis XLVIII 8-22; XLIX 1-9

8 Viendo entonces Israel a los hijos de José, preguntó. "¿Quiénes son éstos?" 9 Respondió José a su padre: "Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí." Y él dijo: "Acercámelos, te ruego, para que los bendiga." 10 Pues los ojos de Jacob se habían nublado por la vejez y no podía ya ver. Entonces José se los acercó, y él los besó y los abrazó. 11 Después dijo Israel a José: "Yo no pensaba ya ver más tu rostro, y he aquí que Dios me ha concedido ver también a tus hijos." 12 Y sacándolos de entre las rodillas de Jacob postróse José delante de él en tierra, 13 Luego tomó José a ambos, a Efraím a su derecha, o sea a la izquierda de Israel, y a Manasés a su izquierda, o sea a la derecha de Israel, y los acercó a éste. 14 E Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraím, que era el menor, y su izquierda (la puso) sobre la cabeza de Manasés, cruzando las manos, aunque Manasés era el primogénito. 15 Y bendijo a José, diciendo: "El Dios en cuya presencia caminaron mis padres Abrahán e Isaac, el Dios que ha sido mi Pastor desde que existo hasta el día de hoy, 16 el Angel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos niños; sean llamados con mi nombre y con el nombre de mis padres Abrahán e Isaac, y multiplíquense más y más sobre la tierra."
17 Cuando José vio que su padre tenía la mano derecha puesta sobre la cabeza de Efraím, no le pareció bien; y tomando la mano de su padre para pasarla de la cabeza de Efraím a la cabeza de Manasés. 18 dijo a su padre: "No es así, padre mío, éste es el primogénito; pon tu derecha sobre su cabeza." 19 Pero negóse su padre, diciendo: "Lo sé, hijo mío, lo sé; también el vendrá a ser un pueblo, también él será grande; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia vendrá a ser una multitud de naciones." 20 Y los bendijo en aquel día, diciendo: "Por ti se bendecirá en Israel con las palabras: ¡Hágate Dios como a Efraím y como a Manasés!" 21 Después dijo Israel a José: "He aquí que yo me muero; mas Dios estará con vosotros y os hará volver al país de vuestros padres. 22 Y a ti te doy una porción más que a tus hermanos, la que tomé al amorreo con mi espada y con mi arco."
Capítulo XLIX
1 Llamó Jacob a sus hijos y dijo: "Reuníos, y os haré conocer las cosas que os han de suceder en los días postreros:
2 Reuníos y oíd, hijos de Jacob,
escuchad a Israel, vuestro padre.
3 Rubén, tu mi primogénito;
mi vigor y el primer fruto de mi fuerza;
el primero en dignidad, el primero en poder;
4 tu que hierves como el agua, no tendrás más la primacía;
porque subiste al lecho de tu padre
Lo manchaste, porque subiste a mi lecho
5 Simeón y Leví hermanos;
instrumentos inicuos son sus espadas.
6 ¡En su consejo no entres, oh alma mía;
honra mía, no te reúnas con su asamblea!
porque en su saña mataron hombres,
y por su capricho desjarretaron toros.
7 ¡Maldita su ira, porque fue violenta,
y su furor, porque fue cruel!
Los dividiré en Jacob,
y los esparciré en Israel
8 A ti, Judá, te alabarán tus hermanos;
tu mano pesará sobre la cerviz de tus enemigos;
te adorarán los hijos de tu padre.
9 Cachorro de león es Judá;
- ¡cómo te levantas, hijo mío, de la presa! -
se encorva, echándose como un león
y cual leona, ¿quién le despertará?

Comentarios
12 Sacándolos de entre las rodillas: Jacob los había tomado entre sus rodillas conforme al rito de adopción. Cf. 30, 3; 50, 23.
15 El Angel: Jacob atribuye indistintamente a Dios y al Angel de Dios los beneficios recibidos en Canaán, lo que hace suponer la identidad de los dos nombres, lo mismo en el cap. 18. Cf. 32, 24  y nota. Nótese la triple invocación de Dios, seguida de una triple bendición. ¿Es ésta una alusión a la Santísima Trinidad? Pues la Trinidad divina se refleja en todas las cosas, para que todas le rindan homenaje.
17 Como se ve, es antiquísima la costumbre de imponer las manos para impartir la bendición. Se consideraba la mano derecha como la que transmitía más las bendiciones del padre. En el Nuevo Testamento se imponen las manos al que ha de recibir al Espíritu Santo (Hech 8, 17) y en el Sacramento del Orden (I Tim 5, 22; II Tim 1, 6)
19 Efectivamente, la tribu de Efraím llegó a ser más poderosa que la de Manasés, y tuvo influencia preponderante en el reino de Israel, que se formó después de la muerte de Salomón.
20 Por ti, es decir, por Efraím. Algunos traducen, a título de conjetura: por vosotros. El sentido es: en adelante se citará esta bendición como tipo de felicidad y prosperidad.
22 Una porción: El texto griego dice Sikima, que según San Jerónimo, sería idéntica con la ciudad de Siquem o Sicar. De ahí la opinión de algunos expositores que dicen que Jacob aquí regala a José la ciudad de Siquem: opinión que parece apoyada por el Evangelio, que habla de una heredad situada cerca de Siquem, la que Jacob dio a José (Juan 4, 5).
1 Este capítulo es una perla de la literatura hebrea, poesía y profecía a la vez. Antes de morir, el venerable patriarca, iluminado por Dios, da a conocer los futuros destinos de sus hijos y del pueblo de Israel, fundándose, como observa Vigouroux, ora en el carácter y en los nombres de sus hijos, ora en las promesas divinas dadas a los patriarcas.
4 Rubén, que en su pecado perdió los derechos de la primogenitura (35, 22), desaparece muy pronto del escenario histórico, desparramándose entre los pueblos vecinos
7 Los dividiré, por sus crueldades contra los siquemitas (cf. 34). Simeón y Leví no reciben bendición alguna. Las dos tribus serán esparcidas entre las otras. Efectivamente, la tribu de Simeón fue incorporándose a la de Judá, y Leví recibió solamente ciudades, pero no territorio como las otras tribus.
9 Véase Apoc. 5, 5 donde Jesús es llamado "el león de la tribu de Judá", porque en El se cumplió esta profecía, en su verdadero sentido.

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