domingo, 1 de julio de 2012

Génesis XXIII. 7-20; XIV. 1-12


7 Levantóse entonces Abrahán, y postrándose ante el pueblo del país, los hijos de Het, 8 les habló en estos términos: "Si es vuestra voluntad que sepulte yo a mi difunta sacándola de mi vista, escuchadme, y rogad por mí a Etrón, hijo de Sóhar, 9 que me ceda la cueva de Macpelá que es de su propiedad y que está al extremo de su campo; que me la ceda por buena plata, para poseer sepultura entre vosotros." 10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het, y respondió Efrón, el heteo, a Abrahán en presencia de los hijos de Het, de todos los que habían venido a la puerta de la ciudad diciendo: 11 "No señor mío: óyeme; te doy el campo y te cedo la cueva que está en él; en presencia de los hijos de mi pueblo te la cedo; entierra a tu muerta."
12 Entonces Abrahán, postrándose de nuevo ante el pueblo del país, 13 dijo a Efrón, oyéndolo el pueblo del país. "¡Ojalá me escucharás! Te doy el precio del campo; recíbelo de mí, y enterraré allí a mi muerta." 14 Respondió Efrón a Abrahán, diciéndole: 15 "Señor mío, escúchame: Un terreno de cuatrocientos siclos de plata entre tú y yo, ¿qué es esto? Sepulta a tu muerta" 16 Oyó Abrahán a Efrón; y Abrahán pesó a Efrón el dinero que éste había pedido en presencia de los hijos de Het: cuatrocientos siclos de plata corriente entre mercaderes.
17 Con esto el campo de Efrón, que estaba en Macpelá frente a Mamré, el campo y la cueva que estaba en él, con todos los árboles de ese campo, con todos sus contornos, 18 vino a ser propiedad de Abrahán, estando presentes los hijos de Het, todos los que habían venido a la puerta de su ciudad. 19 Depués de esto sepultó Abrahán a Sara, su mujer, en la cueva del campo, en Macpelá, frente a Mamré, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 Así este campo, y la cueva que había en él, vinieron a ser propiedad de Abrahán como posesión sepulcral, adquirida de los hijos de Het.
Capítulo XXIV
1 Era Abrahán ya viejo, de edad muy avanzada; y Yahvé había bendecido a Abrahán en todo. 2 Dijo, pues, Abrahán al siervo más viejo de su casa, el cual administraba todo lo que tenía: "Pon, te ruego, tu mano debajo de mi muslo, 3 para que te haga jurar por Yahvé, Dios del cielo y Dios de la tierra, de que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos en medio de los cuales habito; 4 sino que irás a mi tierra y a mi parentela, a fin de tomar mujer para mi hijo Isaac." 5 Respondióle el siervo: "Tal vez no quiera la mujer venir conmigo a este país. ¿Debo en tal caso llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?" 6 Contestóle Abrahán:"Guárdate de llevar allá a mi hijo 7 Yahvé, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y del país de mi nacimiento y que me habló y me juró, diciendo: "A tu descendencia daré esta tierra";El enviará su ángel delante de ti, de modo que puedas traer de allí mujer para mi hijo. 8 Si la mujer no quisiere venir contigo, estarás libre de este mi juramento, pero no lleves allá a mi hijo." 9 Entonces puso el siervo su mano debajo del muslo de Abrahán, su señor, y le prestó juramento sobre estas cosas.
10 Luego tomó el siervo diez camellos de su señor y emprendió viaje, llevando consigo las cosas más preciosas que tenía su señor, y levantándose se dirigió a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. 11 Allí hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto al pozo de agua, al caer la tarde, al tiempo que suelen salir las mujeres a sacar agua; 12 y dijo: "Yahvé Dios de mi señor Abrahán, concede, te ruego, que tenga suerte hoy, y ten misericordia de mi señor Abrahán.

Comentarios
9 Macpelá: La Vulgata vierte; cueva doble, pues éste es el significado del nombre. Era costumbre enterrar a los muertos en cuevas naturales o artificiales, cavadas horizontalmente en la ladera de la roca. El interior era ordinariamente abovedado, y a veces sostenido por columnas. No siempre se colocaban los cadáveres en los nichos de las paredes laterales, sino en fosas cavadas en el suelo y, más tarde, a veces es sarcófagos. La entrada era angosta y cerrada por una piedra.
18 Las formalidades de la compra del campo y aún los cumplidos que se hacen mutuamente el vendedor y el comprador, corresponden exactamente a las costumbres orientales, atestiguadas por otros documentos y observadas en parte aún hoy día. El precio de 400 siclos de plata equivale a 1500 pesos argentinos, suma extraordinariamente grande para aquella época.
19 Frente a Mamré. La cueva de Macpelá está situada dentro de la actual ciudad de Hebrón. Mamré se halla a 3 kms, al Norte, en una colina que hoy día se llama Ramet el Chalil. Sobre el sepulcro donde fueron sepultados los restos mortales de Sara y más tarde los de Abrahán, Isaac y Rebeca, Jacob, y Lía, la emperatriz Elena erigió una iglesia, la cual, restaurada por los cruzados fue transformada en mezquita por los conquistadores mahometanos, La entrada en este santuario está rigurosamente prohibida a todos los cristianos. Véase 13, 18 y nota.
1 Abrahán tenía a la sazón 140 años, su hijo Isaac 40 años (cf. 25, 20). Yahvé había bendecido, etc.: Así recompensa Dios a sus amigos. Véase Salmo 127. Del Señor son las riquezas. El justo del Antiguo Testamento las consideraba como una especial bendición de Dios y las aprovechaba para socorrer al pobre y a la viuda, como que son representantes de Dios, autorizados para participar de los bienes que Dios otorgó a los ricos. De ahí el elogio que el Eclesiástico hace al rico misericordioso (Ecli. 31, 8 ss)
2 El administrador de la casa de Abrahán se llamaba Eliéser y era oriundo de Damasco (cf. 15, 20). Poner la mano debajo del muslo del que tomaba juramento era una forma solemne de jurar Cf. 47, 29. Según Teodoreto significaría jurar por la circuncisión, señal de la alianza de Dios
4 Los padres acostumbraban elegir esposa para su hijo, a fin de evitar que éste se dejara llevar, en la elección de la esposa, por la sola pasión, como ocurre muy frecuentemente en la actualidad. Abrahán puso por encima de todas las cosas la verdadera religión. La esposa de su hijo había de ser no sólo de la misma raza, sino también de una familia que adorase al verdadero Dios
10 La ciudad de Nacor, Harán, distaba unos 800 kms de Bersabee, donde vivía Abrahán

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