domingo, 1 de julio de 2012

Génesis XXXII. 6-31

6 Los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: "Hemos ido a tu hermano Esaú y él viene a tu encuentro con cuatrocientos hombre."
7 Atermorizóse entonces Jacob en gran manera, y lleno de angustia dividió la gente que tenía, incluso las ovejas, el ganado mayor y los camellos, en dos campamentos; pues se decía: "Si viene Esaú a uno de los campamentos y lo destroza, se salvará el campamento restante." 9 Y oró Jacob: "Oh Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, Yahvé, que me dijiste: Vuelve a tu tierra y al país de tu nacimiento, que Yo te haré bien, 10 ¡qué poco merecía yo todas las mercedes y toda la fidelidad de que has hecho objeto a tu siervo! Pues con sólo mi cayado pasé este Jordán, y ahora he venido a formar dos campamentos. 11 Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú; porque le temo, no sea que venga y me destruya a mí y a las madres con los hijos. 12 Tú mismo dijiste: Yo te colmaré de bienes y haré tu descendencia como las arenas del mar, que a causa de su muchedumbre no pueden contarse."
13 Habiendo pasado allí aquella noche, tomó Jacob de lo que tenía a mano para hacer un presente a Esaú, su hermano: 14 doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, 15 treinta camellas criando con sus crías, cuarenta vacas y diez toros, veinte asnas y diez pollinos. 16 Los entregó a sus siervos, cada rebaño aparte, y dijo a sus siervos: "Id delante de mí, dejando un espacio entre rebaño y rebaño." 17 Y dio al primero esta orden: "Cuando te encontrare Esaú, mi hermano, y te preguntaré: ¿De quién eres, y adónde vas, y de quién es lo (que marcha) delante de ti?, 18 dirás: De tu siervo Jacob; es un presente, enviado a mi señor Esaú; y he aquí que él mismo viene detrás de nosotros." 19 Y también al segundo, como asimismo al tercero, y a todos los que iban tras los rebaños, mandó: "En estos términos hablaréis a Esaú cuando lo encontrareis." 20 Y diréis también: "He aquí, tu siervo Jacob viene detrás de nosotros". Porque se decía: Aplacaré su ira con el presente que va delante de mí: después veré su rostro: quizá me sea propicio. 21 Pasó, pues, el presente delante de él; más el se quedó aquella noche en el campamento.
22 Aquella noche se levantó Jacob, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, para pasar el vado del Yacob. 23 Tomólos, y los hizo pasar el río, e hizo pasar también todo lo que tenía, 24 Así se quedó Jacob sólo, y luchó con él un hombre hasta rayar el alba. 25 Pero viendo que no le podía, le toco en la articulación del muslo, descoyuntóse la articulación del muslo de Jacob mientras luchaba con él. 26 Por lo cual dijo: "Déjame que ya raya el alba." Mas (Jacob) contestó: "No te dejaré ir si no me bendices." 27 Preguntóle él: "¿Cuál es tu nombre?", y respondió: "Jacob." 28 Le dijo entonces: "En adelante no te llamarás más Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido". 29 Preguntóle Jacob diciendo: "Dime, por favor, tu nombre." Mas él contestó: "¿Por qué preguntas mi nombre?" Y le bendijo allí
30 Jacob dio a aquel lugar el nombre de Fanuel, porque (dijo): "He visto a Dios cara a cara, y he quedado a salvo de mi vida." 31 Apenas había pasado de Fanuel cuando salió el sol; e iba cojeando del muslo.

Comentarios
11 El miedo en un personaje de la importancia del patriarca Jacob, este miedo casi infantil, que él mismo confiesa con filiar sencillez en su oración, nos muestra cuanto debemos apartarnos del estoicismo pagano, que confía en la propia suficiencia y presenta el orgullo con paciencia de virtud. El que es pequeño, ese venga a mí, dice Dios (Prov 9, 4), y Jesús enseña que el que no se vuelve sencillo como un niño no entra en el cielo (Mat 18, 3), en tanto que el más pequeño será el primero en el Reino (ibíd 4)Tal es la doctrina de la infancia espiritual, que Santa Teresa del Niño Jesús expuso con el nombre de caminito de confianza y de amor, y al que el Papa Benedicto XV llamó el secreto de la santidad.
12 Tu mismo dijiste: Véase 28, 14 s y nota.
22 El Yacob, río de Galaad (Transjordania) y tributario del Jordán
24 El que luchaba con el patriarca, pero sin utilizar toda su fuerza, era el Angel del Señor que representa a Dios mismo, como se desprende de los versículos siguientes y de Os 12, 4 ss
25 En esta lucha se ve el verdadero valor de Jacob, quien se declaraba miedoso, pero que por la fuerza de la oración se convirtió en vencedor. Strack llama a este episodio "la lucha de oración de Jacob", "la oración dramatizada". Toda oración es una lucha del hombre con Dios, en la cual el que reza bien vence a Dios. Compárese las palabras de Jacob: "No te dejaré ir si no me bendices" (v. 26), con las de Dios a Moisés en Ex 32, 10: "Déjame, para que se encienda mi furor"; es decir, no te interpongas con tus súplicas para que no me vea obligado a atenderlas
28 Jacob se llamará en adelante Israel, que significa "Combatiente de Dios" o "Combatiente con Dios"; nombre que le dio el Angel del Señor con quien luchó en la noche antes de encontrarse con su hermano siendo más tarde confirmado por el mismo Señor (Gen 35, 10). El cambio de nombre es señal de una nueva misión, porque los hombres de entonces no llevaban sus nombres como etiqueta sino como expresión de su ser. El nombre y su portador eran, por decirlo así, una unidad ontológica, y no solamente una combinación casual, como hoy. Cf. al respecto el cambio del nombre de Abrahán en Gen. 17, 5 No se sabe exactamente cuál fue el sentido de la lucha de Jacob con el ángel. El patriarca se hallaba en grandes angustias, y lo que buscaba su alma era ayuda y consuelo en Dios. Así parece explicarlo el profeta Oseas: "Con su fortaleza Jacob luchó con el ángel y prevaleció sobre él y le venció; y con lágrimas se encomendó a él" (Os. 12, 3 s); por lo cual no necesitamos recurrir a las "pesadillas" de los racionalistas para explicar este pasaje. "El que considere con atención y una los datos con que la Biblia presenta a Jacob, antes y después de la lucha con Dios, encontrará un cambio sensible; antes era el realizador tortuoso y trabajado, después es el triunfador inconcuso y benigno" (Ricciotti, Hist. de Israel, num. 147)
30 Mirar a Dios y no morir por espanto parecía a Jacob un milagro. Era creencia común que el hombre mortal no pudiera ver a Dios sin morir en el mismo instante, Cf. 16, 13 y nota. Fanuel significa: Dios se apareció. Hallábase al sur de Mahanaim, entre este lugar y Sucot (cf. 33, 17).

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